Dieta sin gluten para niños y bebés celíacos

Los celíacos son aquellas personas que no resisten un componente del gluten, llamado gliadina. Su consumo provoca que se destruyan las vellosidades del intestino que permiten absorber los nutrientes, por tanto el organismo no recibe el aporte que necesita y se dan una serie de deficiencias nutricionales que afectan a la persona provocándole anemia, pérdida de peso, diarreas, inflamación intestinal, calambres… además de estar asociado a enfermedades como la diabetes u otras de tipo hepático.

La única solución consiste en eliminar el gluten de la dieta, así el intestino irá recuperándose y la persona afectada podrá llevar una vida totalmente normal.

En el caso de los niños la intolerancia se suele manifestar muy pronto, desde el momento en que se introducen los alimentos con gluten, esto es, cereales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena.


La intolerancia al gluten se suele manifestar a partir de los 6 meses


Esto suele ocurrir a partir de los seis meses, por eso muchos pediatras recomiendan que esta primera alimentación sea específicamente sin gluten y a los nueve meses o al año se prueba a introducirla para comprobar la tolerancia del niño. Tarda un tiempo en manifestarse por lo que habrá que estar atento ante las primeras señales y realizar las pruebas pertinentes, como una biopsia intestinal, para diagnosticar que el niño efectivamente es celiaco.

A partir de ese momento hay que suprimir de su dieta todos los alimentos con gluten esto incluye los cereales citados y todos sus derivados que suelen estar presentes en productos de pastelería, bollería, pan, pastas, galletas, productos en conserva, salsas, sopas o postres comerciales, embutidos, helados o chocolates. Hoy en día existe un gran mercado para personas celiacas por lo que podemos encontrar sustitutos adecuados de casi todos los productos, eso sí, hay que asegurarse de que en el etiquetado quede claro de que está libre de gluten. Si hablamos de niños hay que enseñarles cuanto antes a conocer su intolerancia y a comprobar las etiquetas de cualquier producto que vayan a consumir.


El niño celiaco deberá evitar el consumo de gluten


La dieta del niño celíaco deberá por tanto eliminar estos productos, en su mayoría ricos en grasas y optar por otros que no conlleven riesgo. Las posibilidades son muchas, arroces, legumbres, maíz, frutas, verduras, frutos secos, huevos, carnes, pescado blanco, aceites, mantequillas o yogures, estos últimos están muy recomendados ya que ayudan a recuperar la flora intestinal.

Si nos fijamos bien la dieta de los niños celíacos es rica en calorías y proteínas y baja en grasas lo que resulta muy saludable. Para suplir el consumo de determinados cereales existen además múltiples alimentos que se elaboran ya sin gluten por lo que el niño no va a tener que renunciar al pan, los pasteles o las pastas.

Aunque son los padres los que deben estar pendientes de la alimentación es importante hacer consciente al niño cuanto antes de las limitaciones en cuanto a su dieta, así como al centro escolar y al resto de familiares o personas que en un momento dado puedan alimentar a nuestro hijo para evitar riesgos innecesarios.