Cuando vemos un bebé nacido prematuramente, a simple vista nos parece un niño débil, que no se desarrollará como los demás a medida que crezca. Y, como padres, nos preocupamos pensando que nuestro niño no será como los demás. Esto no es ni mucho menos cierto. Si bien en sus dos primeros años seguirá un camino de desarrollo un poco diferente, un prematuro es un niño completamente normal.
En líneas generales, se considera que un niño es prematuro si nace antes de la 37 semana de embarazo.
Pero dentro de esta definición se puede distinguir dos tipos de prematuros: los nacidos antes y después de las 32 semanas, que pasan muy poco tiempo en la incubadora.
Es importante dejar claro que la mayoría de los niños nacidos antes de término se acaban desarrollando igual que los que ven la luz a los 9 meses. Hay que ser conscientes de que han nacido prematuramente, pero no hay que dejar de tratarlos con normalidad mientras se vigila su desarrollo.