Los bebés necesitan que les cuidemos, y que cubramos sus necesidades físicas prioritarias, como darles de comer, de beber o lavarles. Pero esto no es todo: la relación que se establece entre padres e hijos desde su nacimiento debe ir más allá.
Los padres tienen que saber establecer vínculos afectivos con sus hijos desde muy pequeños, expresándoles todo el amor que sienten por ellos, y comunicándole con acciones su cariño y afecto.
Este vínculo afectivo se crea con palabras, pero también con gestos, que comunican muchas veces aún más cosas.
Y uno de los mejores gestos para que un niño note que su padre le quiere es un abrazo, con el que se transmite sensaciones de protección, seguridad, confianza, fortaleza y afecto.