La llegada del primer bebé a una familia es todo un acontecimiento y como tal se suele preparar con mucha antelación. Uno de los espacios a los que más tiempo dedican madres y padres es la habitación del recién nacido, pintarla, amueblarla y decorarla es una de las actividades que más ilusión hace a los padres.
Los estilos son muy variados y dependerá del gusto de los padres o de las necesidades de espacio, pero como en todo, habrá una serie de pautas que habrá que tener presentes para que su habitación cumpla todos los requisitos precisos.
Muchas veces en su afán por que todo sea perfecto los padres se exceden en este primer espacio del niño. Muebles, juguetes, peluches y demás utensilios acaban invadiendo un cuarto que en los primeros meses solo se va a utiliza para cambiar al bebé o dormir, en el caso de que el recién nacido no descanse junto a sus padres. Por ello la primera recomendación es partir de lo más sencillo. Poco a poco, según vaya creciendo el niño, sus necesidades irán cambiando y entonces puede que sea necesario incorporar nuevos elementos, pero si ya está todo copado desde el principio luego la adaptación será más complicada.