Dormir no sólo resulta gratificante cuando estamos cansados, también es un componente importantísimo del desarrollo en nuestra vida. En los bebés, el ciclo de sueño es necesario porque afecta a aspectos como el aprendizaje, el estado de ánimo y el crecimiento.
Se ha demostrado que el sueño colabora en la maduración de los cerebros de los niños y la correspondiente consolidación de la memoria.
Se ha asociado el sueño nocturno más eficiente (mayor porcentaje de tiempo dedicado a dormir durante la noche) con mayores puntuaciones cognitivas.