Cuando un niño nace se le corta el cordón umbilical, que hasta ahora le unía a su madre. Cuando se hace esto, se inicia un proceso que durará unos pocos días, y que condicionará de manera decisiva el aspecto de su ombligo durante toda su vida.
El médico corta el cordón umbilical del niño dejando unos 4 centímetros colgando, que se sujetan con una pinza especial.
A partir de aquí, este resto del cordón se desprenderá solo, y los padres solo tendrán que ayudar a su cicatrización correcta.
Este proceso dura como mucho 15 días, y deja una pequeña herida que hay que cuidar con un desinfectante, para que no haya infecciones.