Desarrollo de los sentidos del bebé

Durante nueve meses el bebé ha vivido en un mundo muy especial, ha crecido y se ha desarrollado dentro del vientre materno. Cierto es que cuando ve la luz no está preparado para sobrevivir sin ayuda, apenas ve y necesita en todo momento de su madre, pero esto no significa que esos nueve meses pasados en el útero no le hayan servido para nada.

Pese a la escasez de estímulos recibidos, el bebé se ha estado entrenando y tiene todos sus sentidos a punto para que le ayuden en la apasionante aventura que la espera. El primero en desarrollarse es el sentido del tacto, hacia la mitad del embarazo toda su piel es capaz de reaccionar ante la estimulación táctil, en el séptimo mes de embarazo es capaz de llevarse el dedo a la boca y succionar, un reflejo que le resultará básico cuando una vez fuera deba alimentarse del pecho de su madre.


El bebé desarrolla todos los sentidos progresivamente al mismo tiempo


El bebé es también capaz de percibir y reaccionar a las caricias de su madre, si esta se toca la barriga o la presiona no va a quedar indiferente.

Una vez nazca todas estas sensaciones se multiplicarán, pero el bebé ya está preparado para utilizar este sentido al cien por cien.

El oído es el sentido que más se desarrolla dentro del útero, de hecho cuando el bebé nace su oído está completamente formado. Por eso es capaz de escuchar sonidos, voces y ruidos desde mucho antes de nacer, concretamente a partir de la semana 16 será capaz de identificar esos sonidos. No es de extrañar así que uno de sus sonidos favoritos al nacer y que mejor identifica sea el de la voz de su madre, es el que le llega con mayor claridad. También se ha estudiado su reacción ante diversos estilos musicales, la música suave y melódica es su preferida en detrimento de otras más estridentes.


El gusto y el olfato


El gusto y el olfato se encuentran íntimamente ligados, podemos preguntarnos si con capaces de saborear y oler inmersos en el líquido amniótico, la respuesta es que si. A partir del tercer mes ya tiene el sentido del gusto desarrollado, si el sabor del líquido amniótico les gusta tragarán más y mejor, y este sabor dependerá de los alimentos que consuma su madre. Estas preferencias se mantendrán también una vez haya nacido. El olfato se entrena con los olores de los alimentos que consume la madre, del mismo modo al nacer será capaz de distinguir a su madre entre el resto de mujeres solo por el olor.

Por último la vista es el sentido que más tarda en desarrollarse, los ojos están completamente formados cuando nace pero no es capaz de distinguir nada que vaya más allá de los 30 o 35 centímetros, justo la distancia que le separa de su madre cuando le da el pecho. En torno a la semana 32 podrá percibir los cambios de luz, aunque será cuando salga al exterior cuando la vista se vaya desarrollando poco a poco a lo largo de los primeros meses.