Cuando nace el pequeño, su mamá sólo piensa en tenerle en sus brazos, verle su carita, abrazarle, darle mimos, cuidarle y dedicarse desde ese momento en cuerpo y alma para él. Pero en el caso de los bebés prematuros, este camino hacia los brazos de su mamá se hace más largo y a veces incluso más complicado.
De este modo, se considera que un bebé es prematuro cuando nace antes de la semana 37 de gestación y por ello suelen tener un peso inferior a lo habitual, en torno a los 2,500 gramos.
Aunque es cierto que son muchos los pequeños que nacen antes de la fecha prevista y de que se cumplan los nueve meses de embarazo, en la mayoría de las ocasiones no hay complicaciones, aunque los pequeños requieren más cuidados.