El primer baño del bebé

Es uno de los momentos a los que los padres, especialmente los que se enfrentan a ello por primera vez, tienen más miedo. El primer baño del recién nacido despierta siempre cierta inquietud, hablamos de un bebé de unos pocos días que no sabemos como va a reaccionar ante esta nueva situación, sin olvidar el cuidado que hay tener con zonas delicadas como el cordón umbilical.

Los padres no se enfrentan a este primer baño sin ninguna información, normalmente en las clases de preparación al parto se han dado las instrucciones pertinentes.

También es habitual que en el hospital o clínica un profesional de el primer repaso al bebé, eliminando los restos que han quedado tras el parto, esta persona da a su vez las primeras indicaciones a los padres.


El verdadero reto: el primer baño en casa


Pero la hora de la verdad llega cuando los padres se enfrentan solos en casa a esta situación. Lo primero que hay que cuidar es la temperatura ambiente y la del agua. Recordemos que los bebés no empiezan a regular su temperatura corporal hasta los tres meses por lo que es necesario que no haya cambios bruscos. Los 25 grados centígrados serían lo adecuado para el baño, mientras que el agua deberá estar entre los 35 y los 37 grados. Antes de introducir al bebé en el agua hay que comprobar la temperatura con un termómetro o con el cuerpo.

En estos primeros baños con el cordón aún tierno no hay que sumergir del todo al bebé, colocaremos su cabeza en nuestro codo, extendiendo el brazo hasta sus nalgas, de este modo dispondremos de la otra mano para pasarle la esponja, con dos personas la tarea será más sencilla. Para evitar que la zona del cordón se moje en exceso no debe haber mucha agua, para lavar al bebé le daremos toquecitos suaves, sin frotar y con jabones siempre neutros para evitar posibles alergias.


Muy importante: hay que secarlo muy bien


El secado será muy importante ya que son pieles muy sensibles, habrá que incidir en todos los pliegues de la piel, especialmente la zona del cuello, detrás de las orejas y la zona del pañal, si estas zonas están húmedas se pueden irritar. La zona del cordón se puede secar con un secador y su limpieza se hace con alcohol de 70 grados, se empapa la base y se cubre con una gasa limpia. Cualquier cambio a peor en el aspecto del cordón se debe comunicar al pediatra. Para limpiar la zona de la cara utilizaremos gasas estériles y suero fisiológico, los ojos siempre se lavan del interior al exterior.

El baño es uno de los momentos que más suele gustar a los bebés, aunque es muy posible que las primeras veces lo reciban con lloros. Esto no debe alterar a los padres, el agua tibia les transmite sensaciones de bienestar ya que les recuerda su paso por el vientre materno con lo que al final se sentirán a gusto. Es importante en este proceso hablarles con cariño y suavemente convirtiendo esta experiencia en algo agradable para todos. Si se realiza todos los días antes de cenar sirve a su vez para marcar la rutina del descanso nocturno. El bebé va a asimilando que tras el baño llega la cena y el sueño, al que llega así relajado y descansado.