El recién nacido es frágil, pero no se rompe

‘Cuidado con la cabecita’, ‘no lo cojas así que le puedes hacer daño’, ‘despacito con el brazo’. Son las frases que suelen rodear al recién nacido, su apariencia tan frágil, indefensa y delicada hace que no se sepa muy bien como cogerlo. Es habitual en el caso de los padres primerizos, ver como le dan más de una vuelta antes de atreverse a levantarlo de la cuna.

Esos mismos padres se escandalizan cuando ven a las abuelas tratar a sus preciados bebés ‘como si fuera un saco de patatas’, eso si, al bebé no le pasa nada.

Y es que, aunque hay que tener cuidado y prestar atención a determinadas posiciones, lo cierto es que los bebés son más fuertes de lo que pueda parecer en un primer momento. Son muy flexibles por lo que el riesgo de que se rompan algo es mínimo si los manipulamos con cuidado. Para los que tengan dudas solo tienen que esperar a la primera visita del pediatra, toda una experiencia ver como los manejan sin miramientos y sin causarles el más mínimo daño.


Los bebés están mejor preparados para el mundo de lo que nos pensamos


Además de su resistencia física los bebés aguantan mejor de lo que pensamos sus primeros meses en el mundo. Su sistema inmunológico está preparado para afrontar los riesgos con los que se va a encontrar, pero para ello debemos propiciar ese encuentro. Tener al niño en una burbuja para evitar que se contagie o enferme no es hacerle un favor. El bebé necesita tener contacto con el exterior, con otros bebés, con otras personas, con el fin de que su organismo se vaya inmunizando y se haga fuerte.

Estamos en un momento en el que han surgido más alergias que nunca, los niños presentan hoy reacciones ante muchos más elementos, esto es debido a entornos muy asépticos, a la falta de contacto con la naturaleza o a la alimentación, entre otros factores. No se trata de exponer al niño a determinadas situaciones porque sí, pero si que hay que dejar que juegue, se ensucie o se relacione con su entorno sin miedo.


Cuidados del recién nacido


Con el recién nacido habrá que tener mayores precauciones, por ejemplo no exponiéndolo a fuertes cambios de temperatura o cuidando mucho la higiene en su alimentación. Habrá que tener en cuenta que físicamente es débil y no sujeta solo la cabeza, tampoco es capaz de girarse por si mismo. Lo importante será así tener cuidado con su cabeza y su espalda, respetar en las primeras semanas su posición natural y sobre todo tratarlo con seguridad y confianza ya que esto es lo que le vamos a transmitir.

En sus primeros años de vida van a pasar por cientos de enfermedades que en muy bajo porcentaje derivarán en problemáticas graves. Es un tránsito necesario que les hará más fuertes, los niños son más resistentes de lo que pensamos y darles la oportunidad de demostrarlo les ayudará también a mejorar su independencia y autoestima.