Aunque parezca que las palabras bebés y estrés no pueden llegar a tener relación, lo cierto es que los bebés prematuros pueden sufrir este problema. Y es que, además de que son más frágiles y débiles de lo habitual, puede que cualquier alteración a su alrededor pueda llegar a causarles esta sensación.
De este modo, simples hechos o gestos como cambiarle de pañal, darle de comer o algunas pruebas, tales como la extracción de sangre, ecografías, radiografías pueden hacer que se excite demasiado.
Los cambios bruscos como puede ser pasar de una habitación oscura a otra iluminada o los ruidos fuertes también pueden hacer que el pequeño muestre síntomas de que está estresado.