Es un hecho natural el que los niños exploren su propio cuerpo. Igual que se tocan los pies, las orejas o juegan con sus manos lo mismo sucede con los genitales. Debemos contemplarlo como algo normal, propio de su desarrollo evolutivo.
Lo que ocurre con los genitales es que es una parte del cuerpo que permanece oculta casi todo el día, los bebés y los niños no tienen ocasión de familiarizarse con ellos ya que pasan sus dos primeros años con el pañal.