La muerte de un bebé es uno de los golpes más duros que se pueden sufrir, más todavía cuando no tiene una explicación. Es lo que pasa con la muerte súbita. Sin que haya un motivo claro y concreto el corazón del pequeño deja de latir.
La muerte súbita puede afectar a los lactantes hasta aproximadamente los 6 meses.
También se la conoce como la muerte blanca porque el bebé no sufre, duerme y ya no despierta. Si una vez realizada la autopsia no se encuentran causas que la expliquen, entonces se considera que ha sufrido el síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL).