Una de las peculiaridades de un recién nacido es su cabeza ‘blandita’, esto se debe a que los huesos que conforman su cráneo nacen sin estar fusionados con el fin de permitir el paso a través del canal del parto de forma más sencilla y favorecer el desarrollo y crecimiento adecuados.
Los espacios que hay entre los huesos del cráneo son las denominadas fontanelas o puntos blandos.
Estas separaciones se podrán observar hasta aproximadamente los 18 meses, cuando se cierran con tejidos elásticos, fibrosos y fuertes denominados suturas.