El juego no es solo una actividad de ocio para los niños. No podemos obviar que se lo pasan bien jugando, pero también debemos destacar que, cada vez que el niño juega de manera adecuada, desarrolla muchas de sus cualidades y, aunque no nos lo parezca, aprende cosas nuevas.
Muchos padres tienen la idea de que el niño debe dedicar su tiempo a aprender, no a jugar por puro ocio.
Esta idea es muy equivocada, ya que los conocimientos no solo se aprenden con las estructuras rígidas de los libros y los cursos.