Nuestro bebé es un niño sano, no ha tenido ni un constipado desde que nació, pero ha sido entrar en la escuela y ponerse malo cada dos por tres con mocos, tos y hasta fiebre. Es la queja más universal cuando se introduce al niño en el sistema escolar. La solución de muchos padres es sacar a los niños del centro y esperar que mejoren, el problema está en que una vez regresan los mocos vuelven de nuevo.
Se trata de un círculo vicioso de difícil salida, solo el tiempo va a hacer que el organismo del niño acabe acostumbrándose a estar en contacto con un medio nuevo y se inmunice, hasta entonces habrá que lidiar con los mocos y estar atentos ante cualquier agravamiento de la situación.