A menudo se suele escuchar que una persona sana, joven y sin problemas de salud fallece de repente, un hecho dramático que los médicos denominan como muerte súbita, la persona pierde el pulso, la respiración y la conciencia de forma natural, normalmente por una alteración en la función cardiaca.
Si hablamos de bebés la muerte súbita resulta todavía más incomprensible, en la mayoría de casos y tras haber realizado la autopsia, no se encuentra una casusa que la determine.
Suele afectar a bebés de hasta un año de edad y aunque no hay un patrón, si que se ha detectado que incide más en niños que en niñas, también se da más a menudo en niños prematuros y en bebés de bajo peso. No es algo que se pueda prevenir, la parada cardiorrespiratoria puede acontecer en cualquier momento, en la cuna, en brazos de su madre o en el carrito. Lo que si que hay son una serie de factores de riesgo que pueden provocar una muerte súbita si no se respetan unas sencillas medidas.