Revisiones pediátricas del bebé

Desde el momento en que nacen los bebés son sometidos a multitud de pruebas con las que valorar su estado de salud y si su peso, medidas o reacciones son las adecuadas para cada momento. Son las revisiones pediátricas por las que todos pasan para mayor tranquilidad de los padres.

El calendario de revisiones es intenso durante las primeras semanas de vida del bebé.

Los padres están atentos ante cualquier mínimo cambio y además de las visitas obligatorias, es habitual que se acuda a menudo a la consulta, especialmente si se trata del primer hijo. Pero al margen de estas visitas no programadas el protocolo establece una serie de citas que no hay que perderse con el fin de tener un adecuado control médico que permita sobre todo prevenir posibles enfermedades y llevar el adecuado control de vacunación.


La primera revisión del pediatra


La primera revisión tendrá lugar en el hospital, el test de Apgar será una de las primeras pruebas a que se someta y que indicará a los padres el estado general de su bebé. También en el centro hospitalario se le puede poner la primera vacuna obligatoria.

Al cabo de los cinco o diez días desde el nacimiento hay que acudir al centro de salud con el fin de que se le abra expediente y se le realice una completa revisión. Se mide peso, talla, reflejos… y en general se comprueba como evoluciona. Las primeras semanas de vida del bebé son importantes ya que pueden surgir complicaciones que si no se controlan a tiempo pueden derivar en problemas más graves. El pediatra entregará la cartilla del bebé donde se anotarán todos sus datos y se llevará el control de vacunas, medidas y cualquier incidencia.

Tras esta revisión inicial, que sirve también para que los padres conozcan al que será el médico de su hijo y le planteen todas sus dudas, tendrá lugar otra al mes de nacer. En esta segunda visita se realizarán las mismas mediciones comprobando como sigue el recién nacido. Si todo es correcto no se realizará otra hasta los dos meses, en ese momento se pondrán también las primeras vacunas, si no se pusieron al nacer.


Revisiones periódicas


A partir de ahí las revisiones comenzarán a espaciarse en el tiempo. A los cuatro meses, nueva revisión y vacunación y otra vez a los 6 meses. Del medio año al año no hay revisiones obligatorias, aunque por tratarse de un periodo extenso lo normal será que los padres acudan a consultar cualquier incidencia causada por los dientes o por un resfriado. La del año es una revisión rutinaria y será en la de los 15 meses cuando se le administren dos nuevas inyecciones para prevenir, entre otras, el sarampión y la rubeola. A los 18 meses tiene lugar la última revisión como bebé así como la vacunación de esta etapa.

Estas revisiones se hacen coincidir con el momento de la vacunación obligatoria, pero existen vacunas optativas como el Prevenar que se administra en cuatro dosis, en ese caso habrá que seguir las citas que marque el pediatra.

Tras los 18 meses es habitual realizar una revisión completa a los 3 años, coincidiendo con la entrada al colegio, a partir de ahí las visitas programadas para vacunar serán a los 6, 12 y 14 años.