Los libros son uno de los elementos que más puede hacer disfrutar a un niño. A través de sus historias conocen otros mundos, aprenden cosas nuevas y ponen en marcha su imaginación viviendo las aventuras de los protagonistas de cada historia. Fomentar la lectura resultará fundamental si queremos niños imaginativos, con sentido crítico, capaces de razonar por si mismos, curiosos y ávidos de conocimientos.
Para que el niño tenga el impulso de coger un libro y sentarse a leer, lo primero que hay que hacer es introducir los libros en su vida desde que nace.
Se puede empezar con un sencillo libro de tela, con diferentes texturas y sonidos incluso, pasará un rato entretenido jugando con sus hojas y observando los vivos colores. De ahí se puede pasar a los libros de ilustraciones, deben ser resistentes, de gruesas hojas, fáciles de manejar. Pueden ser de colores o números, lo importante será dedicar un momento del día a pasar sus páginas con el niño, comentando los dibujos, interactuando con los personajes. Poco a poco se introducirán los libros con las primeras palabras, y cuando en el colegio empiecen a trabajar la lectura, habrá que incidir en casa, de una forma lúdica para que al niño no le resulte pesado.