Entender los sentimientos de los demás y no rendirse ante las dificultades son dos de las cualidades que cualquier padre quiere para sus hijos. Para fomentar la empatía y la perseverancia es necesario trabajar con ellas e inculcarlas a los niños desde que son pequeños.
En función de la personalidad del niño este trabajo será más o menos sencillo, hay niños muy sensibles en lo que a los sentimientos del resto se refiere, otros no aceptan una negativa por respuesta.
No se trata de ver estos rasgos como debilidad o cabezonería sino como un potencial que bien llevado hará que nuestros hijos desarrollen dos de las cualidades más importantes en una persona.