Dificultades de los niños en el estudio: estrategias de cambio

Estudiar es una disciplina que como cualquier otra requiere del adecuado aprendizaje a fin de que se realice de forma correcta, esto es, que haya unos buenos resultados académicos. Es una labor que empieza desde que el niño se inicia en el sistema educativo, primero aprenden a estar sentados escuchando un cuento o dibujando y paulatinamente aprenderán a seguir una lección, hacer ejercicios, comprender y estudiar un texto y hacer exámenes.

Este proceso no es sencillo por mucho que a simple vista lo pueda parecer.

En primer lugar requiere del niño la capacidad de atención y concentración que implica leer o escuchar al profesor, reteniendo la información, así como la disciplina necesaria para reforzar en casa esos aprendizajes mediante los deberes y el estudio. Para que este proceso se lleve a cabo sin problemas hay que establecer unas pautas que ayudarán al niño en su aprendizaje.


Normalmente todos los niños están más que capacitados intelectualmente para afrontar los estudios


Uno de los problemas más comunes no es, como se suele pensar, la falta de capacidad intelectual, sino la falta de planificación y organización en casa. A un niño le va a resultar muy difícil concentrarse en sus tareas si no tiene un lugar donde realizarlas con tranquilidad y un tiempo determinado para ello. Estos hábitos se deben crear desde el principio, no vale hacer los deberes mientras se merienda, se ve la tele o se habla con el hermano. El escolar debe saber cuál es la hora de estudiar y tener el espacio adecuado para ello. Es importante también que sus padres estén allí para ayudarlo, es cuando entraría en juego uno segundo problema, la incapacidad del niño de concentrarse, de memorizar o de comprender lo que tiene que hacer.

El niño puede estar en su habitación, con silencio y sentado delante de los libros sin que avance ni un ápice, los padres deben ayudarle a organizar el trabajo así como a enseñarle las mejores pautas de estudio. Para ello se puede contar con el asesoramiento de los profesores. En general se trata de que comprendan lo que tienen que hacer, pueden leer la tarea y luego tratar de explicárnosla o podemos ayudarle a memorizar enseñándole sencillas reglas nemotécnicas o preguntándoles la lección. También puede que sea preciso contar con clases de apoyo si hay algún área más complicada para el niño, como las matemáticas por ejemplo.


La mayor parte de la carga de cómo enseñar a estudiar debe ser de los padres


En este último punto es muy importante el apoyo de los padres, las dificultades de los niños en el estudio se detectan fácilmente solo dedicándole tiempo al menor, un problema de rendimiento se puede solucionar simplemente enseñando al niño a leer detenidamente. Es más fácil detectar además problemas como la dislexia que también impiden el normal desarrollo académico. Así, aunque el profesor es el responsable directo del aprendizaje escolar, no debemos descuidar la actitud en casa, de esta forma podremos abordar de forma conjunta las estrategias que mejor van a ayudar al nuestro hijo a superar sus dificultades académicas, evitando que estas se agraven y vayan pasando de curso en curso.