El reflejo de succión calma y tranquiliza al niño y previene la muerte súbita en los lactantes, estas son dos de sus grandes ventajas. Pese a todo hay muchos detractores del chupete, uno de los motivos más comunes que se exponen es que causa deformaciones en el paladar y por tanto problemas en la dentición e incluso en el habla.
Son todas estas cuestiones que hay que matizar.
Efectivamente el uso prolongado del chupete provoca que los dientes inferiores vayan poco a poco hacia dentro, mientras que los superiores se separan y sobresalen. Esto acaba provocando que ambas filas de dientes no cierren bien. El abuso del chupete también puede producir que debido a la posición de la lengua y los movimientos de determinados músculos de la cara, la dentadura pierda paralelismo. Para que todo ello suceda recientes estudios hablan de un periodo diario de seis horas de constante presión, además de tratarse de un proceso que solo sería irreversible si se mantiene más allá de los tres años.