Qué instrumento musical es el ideal para los niños

Es fundamental que la música esté en la vida de los niños, ya que tiene grandes beneficios para ellos. Aumenta su capacidad de concentración, de memorizar, así como, es una forma de que los pequeños desarrollen habilidades y valores como el trabajo en equipo, el compañerismo, el compromiso, la importancia de compartir… Además de influir en su desarrollo psíquico, también lo hace en el físico.

De este modo, son cada vez más los padres que ponen música a sus hijos, incluso cuando se encuentran en el vientre materno.

Pero, una vez que van creciendo, hay muchos casos en que el pequeño muestra interés por tocar un instrumento y la elección de éste plantea muchas dudas.


Entre los 5 y 8 años el niño empieza a mostrar preferencias por un determinado instrumento musical


Suele ocurrir cuando tiene entre cinco y ocho años y la tendencia suele ser decartarse por el piano, la flauta y la guitarra. Sin duda, son los primeros en el ranking, aunque también los hay que prefieren el violín, la trompeta o instrumentos de orquesta.

Por ello, es fundamental que, en este punto, los padres tengan en cuenta varios aspectos. En primer lugar, será el pequeño el que decida que quiere tocar un instrumento, sin verse influido por la insistencia de sus padres o familiares, o porque se lo regalen y por ello, se vea obligado a empezar a dar clases… el niño tendrá que, libremente, decidir que quiere empezar en la práctica de la música y sin duda, los padres también deberán evaluar si es sólo un capricho pasajero o si, en cambio, el pequeño tiene verdadero interés por este tema.

De este modo, y una vez que ya sea definitivo que el niño va a empezar a tocar un instrumento, será importante atender a ciertos consejos a la hora de tomar esta decisión. En primer lugar, el pequeño, gracias a la ayuda de sus padres, tendrá que informarse sobre las opciones y el amplio abanico de instrumentos posibles. Por ello, puede ser útil, acudir a conciertos, a las jornadas de puertas abiertas de las escuelas de música y conservatorios e, incluso, hablar con profesores que imparten clases de este ámbito para que puedan dar consejos, en función de los gustos del pequeño, de su forma de ser, de su fisionomía…

Y es que es muy importante la cuestión de la fisionomía del niño. El hecho de que sea alto o no, influirá a la hora de esta elección. Al principio, es cierto que no es determinante, ya que si el pequeño comienza con unos ocho años aproximadamente, le queda mucho por crecer. Por ello, al principio quizás toque instrumentos de pequeño tamaño, indicadoa para los más pequeños, que poco a poco se irán sustituyendo por otros, en función del crecimiento del menor.


Aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir un determinado instrumento


Los padres también tendrán en cuenta el tema del gasto económico que supone, tanto la compra del instrumento, como las clases de música que el pequeño recibirá. Asimismo, el aspecto “logístico” también es importante. Si el pequeño se decide por un piano, un contrabajo, una tuba… son muy grandes y, en este caso, será necesario que los padres evalúen si tienen hueco en casa para colocarlos, si podrán llevar en coche a los pequeños a la escuela, ya que no podrán cargarlos sólos, al menos cuando sean pequeños… Aún así, habrá que intentar encontrar la forma de que pueda ser posible, ya sea, adquiriendo instrumentos de segunda mano, en el caso de que los padres tengan problemas para hacer frente a su pago o, el caso de que sean grandes, se evaluarán las opciones, intentando encontrar a alguien que esté disponible para llevarles en coche y que, si el instrumento no cabe en casa, por ejemplo, quizás puedan colocarlo en casa de algún familiar, al menos, temporalmente.

En definitiva, el instrumento que los niños elijan será a través del cual expresarán sus emociones, sus sentimientos… por ello, tendrán que sentirse cómodos con él y estar realmente seguros de que quieren avanzar en su práctica. Deben ser conscientes de que la música implica mucho esfuerzo, que habrá que estudiar y dedicarle horas, tanto a la teoría, como a la práctica. Sin duda, el papel de los padres será fundamental para hacer entender al pequeño todas estas cuestiones, sin que ello sirva para desmotivarlo o agobiarlo, incluso, antes de empezar.