La espina bífida es uno de los trastornos que se pueden dar en el desarrollo del feto, es una malformación que en su vertiente más grave afecta irremediablemente al bebé en crecimiento, provocando deficiencias en su aparato locomotor, normalmente la parálisis en las extremidades inferiores, además de otras complicaciones asociadas.
Se trata de un problema ante el cual hay pocas opciones más allá de una cirugía temprana con la que minimizar sus consecuencias, pero la buena noticia es que es una malformación que se puede evitar simplemente ingiriendo una dosis extra de ácido fólico.
El ácido fólico en la alimentación de la embarazada
Este ácido es una vitamina del complejo de vitaminas B, presente en todos los seres humanos, y necesario para la formación de proteínas y hemoglobina.
Lo normal es tener reservas en el organismo, por lo que una mujer que lleva una alimentación sana y equilibrada no debería presentar carencias de esta vitamina. Pese a todo, y para asegurar el correcto desarrollo del feto, se recomienda que las embarazadas tomen un aporte extra de aproximadamente 0’4 miligramos al día.
Este aporte se debe comenzar a tomar un mínimo de tres meses antes de quedar en estado con el fin de asegurar que las reservas de ácido fólico están en los niveles adecuados. Es además especialmente importante su ingesta en los primeros meses de embarazo ya que es en ese momento cuando se forma el tubo neural que dará lugar a la médula espinal y al cerebro.
Lo habitual es recurrir a suplementos específicos de ácido fólico, pero lo cierto es que existe un tipo de dieta muy rica en esta sustancia, se trata de la dieta mediterránea. Hay estudios incluso que han demostrado las bondades de esta dieta en la prevención de la espina bífida. En concreto investigadores holandeses determinaron la relación entre una mayor ingesta de frutas, verduras, pescado y aceite de oliva y la disminución de riesgo de padecer espina bífida, de hecho la reducción del riesgo era más significativa siguiendo esta dieta que consumiendo complementos.
No hay que olvidar que una adecuada alimentación es básica para tener un embarazo sano en todos los sentidos, pero si además tenemos en cuenta los alimentos más ricos en determinadas vitaminas estaremos favoreciendo aún más el adecuado desarrollo del bebé.
¿Qué alimentos tienen más ácido fólico de forma natural?
Los alimentos más ricos en ácido fólico y que forman parte de la dieta mediterránea son muchos y variados. Las verduras de hoja verde son la mejor fuente de esta sustancia, se recomienda consumirlas sin cocinar ya que entonces pierden hasta la mitad del folato, espárragos, remolacha, espinaca, coles de Bruselas o lechuga romana, son las más ricas. También son grandes fuentes de ácido fólico los frijoles, habichuelas, guisantes, alubias y judías. La naranja, el tomate, las fresas, el pan blanco y los frutos secos son otra de las fuentes de este ácido vital para las embarazadas. En cambio otro tipo de alimentos como los productos lácteos, granos no fortificados y las carnes son bajos en ácido fólico.
Pese a todo, la clave estará en la adecuada combinación de todos ellos, y nunca está de más asegurar que la cantidad de folato que se ingiere es adecuada tomando algún suplemento.