La dieta vegana, bien llevada, es perfectamente compatible con el embarazo y la lactancia. La mujer vegetariana no tiene por qué cambiar radicalmente sus estilo alimenticio solo por estar embarazada, de hecho por su tipo de alimentación va a contar con una serie de ventajas añadidas, eso si, deberá vigilar que al bebé en crecimiento no le falte ninguno de los nutrientes básicos.
Los bebés de madres vegetarianas tienen normalmente un peso similar al de los nacidos de madres omnívoras.
Además, por su tipo de dieta las embarazadas veganas están mucho menos expuestas a alguna de las complicaciones comunes en el proceso de gestación como es el sobrepeso, la hipertensión o la preeclampsia. El hecho de llevar una dieta de este tipo va a ser beneficios para el bebé una vez haya nacido, ya que se le educará teniendo siempre presente las ventajas de una dieta sana.
Es muy importante que las embarazadas tengan un control estricto de su alimentación por el médico
Pese a todo, ante un embarazo se recomienda a todas las mujeres, veganas o no, que acudan al dietista a fin de que valore su tipo de dieta. Si bien es cierto que no hay que comer por dos, tampoco se debe descuidar la alimentación. Sí que es necesario aumentar el número de calorías que se consumen, a fin de asegurar que al bebé no le falta de nada y crece con el peso adecuado y será el especialista el que nos ayude a valorar nuestra dieta, las carencias que tenga y los ajustes que haya que hacer.
En el caso de la vegetariana lo más recomendado es la dieta ovo-lacto- vegetariana, esto es, con presencia de cereales, verduras, hortalizas, frutas, legumbres, semillas, frutos secos, huevos y leche. Una dieta vegetariana estricta no es recomendable ya que las carencias para el bebé en desarrollo serían demasiadas, a no ser que se tomen los suplementos necesarios.
Para evitar carencias nutritivas es importante conocer que elementos son más precisos durante el embarazado y de donde obtenerlos. El hierro es uno de los principales problemas cuando hablamos de embarazadas vegetarianas, se asimila por el organismo muy fácilmente si es de origen animal, el hierro de los vegetales en cambio es más difícil de obtener por el organismo. Además, durante el embarazo las demandas de este mineral aumentan debido al mayor volumen sanguíneo. Por ello es importante incrementar el consumo de alimentos ricos en hierro como legumbres, cereales, frutos desecados y frutos secos. En su consumo se recomienda tomarlos con vitamina C, ya que esta asociación aumenta la absorción del hierro vegetal.
Otros nutrientes y vitaminas importantes durante el embarazo
La vitamina B12 puede ser también deficitaria por ello hay que consumir necesariamente leche, huevos y carnes vegetales realizadas a base de legumbres, cereales y vegetales. Estas mezclas son buenas en el caso de las embarazadas vegetarianas, las combinaciones favorecen el equilibrio proteico, por ejemplo, leche y arroz, cereales y frutos secos, huevo y patata… esto ayudará a paliar las carencias que tiene el consumo aislado de proteínas vegetales.
Con una dieta equilibrada no tiene porqué haber problemas ni para la embarazada ni para su bebé, de todas formas el control médico y la realización de análisis ayudará a detectar posibles carencias y a ponerles remedio con un cambio en la dieta o con el aporte de suplementos alimenticios.