Las náuseas y vómitos son síntomas característicos del primer trimestre de embarazo, especialmente por la mañana, se consideran totalmente normales, tolerables y pasajeros. No representan ningún riesgo para la salud de la mujer embarazada ni para el embrión.
Las náuseas y vómitos suelen aparecer durante la semana 6 de gestación y pueden extenderse hasta la semana 20, aunque lo habitual es que no se mantengan demasiado después del primer trimestre.
Las náuseas son un síntoma de difícil prevención, no se puede evitar que aparezcan, aunque sí existen medicamentos que inhiben el vómito.
El médico valorará la posibilidad de introducirlos o no durante la gestación. No obstante, se recomiendan algunos hábitos en la alimentación que pueden minimizar estos molestos síntomas, tales como fraccionar la ingesta de alimentos a lo largo del día (cantidades pequeñas y frecuentes), eliminar irritantes y evitar el consumo de condimentos o alimentos fuertes (pimienta, tabasco, ajo, alcohol…etc).
¿Cuándo puede considerarse que los vómitos son excesivos?
Cuando la presencia de vómitos se mantiene pasada la semana 20 de embarazo y con el tratamiento no desaparecen, debemos consultar al médico para que nos derive si es necesario al especialista y valore nuestro caso descartando otro tipo de alteraciones como la Hiperémesis gravidarum.
El trastorno de Hiperémesis gravidarum se caracteriza por vómitos persistentes que no desaparecen después de la semana 20 y que provocan pérdida de peso de aproximadamente el 5% del peso habitual.
En este caso, es necesario realizar un seguimiento de la mujer embarazada por todos los riesgos asociados, entre ellos la deshidratación y desnutrición que lleven a la necesidad de hospitalizar como parte de tratamiento.
Cuando los vómitos son persistentes (más de 3 o 4 veces al día) impidiendo que el organismo ingiera nada durante 24 horas, es conveniente acudir al médico, matrona o servicio de urgencias para que puedan comenzar con el tratamiento a la mayor brevedad y así evitar los riesgos en la salud materna y del bebé.
Otros síntomas de los vómitos excesivos o hiperémesis gravidarum son la dificultad de micción, mareos, desmayo, piel pálida o ictericia.
Algunos consejos para controlar los vómitos
– Ingerir cantidades pequeñas de comida pero frecuentes. Se recomiendan alimentos como galletas o trozos de pan pequeños que favorecen que el estómago los maneje mejor.
– Evitar los irritantes (café o té por ejemplo).
– No mezclar los alimentos con líquidos. Beber entre las comidas y a pequeños sorbitos, a temperatura ambiente y tibios.
– Evitar los alimentos con olores o sabores fuertes y los que están gasificados.
– Lo aromas neutros, disminuyen la sensación de náuseas.
– Los sabores neutros también se recomiendan porque reducen la actividad gástrica y la sensación de náusea.
– Por la mañana consumir alimentos sólidos ya que mantienen la saciedad durante más tiempo y pueden ayudar a reducir los vómitos.
– No consumir azúcar en exceso ya que aumenta la sensación de nausea al fermentar en el estómago.
– Intentar alimentarse en ambiente tranquilo y descansar 15 minutos después de cada comida.
El consejo del profesional médico será fundamental a la hora de valorar si los vómitos ocurren de forma excesiva, la necesidad de tratamiento y en su caso hospitalización.