Antiguamente, cuando nos dedicábamos a cazar y nos perseguían los leones, la ansiedad era fundamental para nuestra existencia. Gracia al estado de tensión en el que entra el organismo cuando percibe una amenaza, nuestro corazón bombea sangre más rápidamente, nuestros músculos se endurecen y somos capaces de correr más o mostrar mucha más fuerza de lo habitual.
La ansiedad tiene una función adaptativa para el ser humano, le permite preparar al organismo para hacer frente a un peligro.
Sin embargo, el problema se presenta cuando en ausencia de peligro real, sentimos algo como amenazante y nuestro cuerpo comienza a reaccionar. Un simple conflicto en el trabajo, vivido con demasiada implicación, puede desencadenar en nosotros una reacción física ansiosa que nos resulte muy molesta y nos afecte en nuestra vida.
El embarazo y la ansiedad
El embarazo, es una experiencia maravillosa para la mujer, pero es obvio el cambio físico y sobretodo vital que representa. Durante este periodo, la futura mamá suele tener muchas dudas, miedos y necesidades que afrontar, en ocasiones, gracias a todo ello, se generan pensamientos y preocupaciones rumiantes que acaban produciéndole ansiedad.
Muchos estudios avalan que la ansiedad materna está relacionada con daños en el bebé que pueden ser para toda la vida. Entre ellos, destacan los problemas de conducta y emocionales. Además, los cuadros de ansiedad maternos se han relacionado con partos prematuros y bajo peso al nacer.
A pesar de que cierto grado de ansiedad es normal durante este periodo, es importante reconocer cuando nos encontramos ante un problema más grave y necesitamos consultar con el médico y/o profesional especializado.
La preocupación excesiva y los síntomas físicos como sudores, taquicardias, entumecimiento de extremidades, dificultar para respirar, opresión en el pecho, mareos, sensación de irrealidad o vértigos han de observarse detenidamente. En el caso de que persistan en el tiempo o dificulten la vida cotidiana, debemos consultar al profesional.
Consejos y tips para disminuir la ansiedad en el embarazo
Consejos para disminuir la ansiedad durante el embarazo:
– Apoyarse en otras personas (amigas, familiares, pareja). La expresión de emociones y preocupaciones es fundamental para dar salida de forma saludable a la ansiedad.
– Aprender a parar los pensamientos negativos, los temores, cuando aparezcan. “No voy a pensar más en esto” “Todo va a salir bien”.
– Aprender a relajarse. Es fundamental adquirir técnicas de respiración profunda para momentos de ansiedad (en las clases preparto podemos aprenderlas). Una técnica sencilla es la respiración abdominal que consiste en colocar una mano sobre el abdomen y la otra sobre el pecho, inhalar aire profundamente, sacando el estómago y expulsarlo mientras lo retraemos.
– Dedicarse momentos de tranquilidad. Darse un baño relajante, pasear, leer, escuchar música…etc
– Practicar ejercicio. Andar, gimnasia para embarazadas, yoga…etc.
– Seguir una buena alimentación y dormir el tiempo recomendado.
Es necesario dedicarse todos los días un momento a una misma, ser capaz de desconectar de las preocupaciones, en un espacio tranquilo para practicar la respiración. Encontrar tiempo para relajarse es una buenísima inversión para ganar en salud propia y de nuestro futuro bebé a largo plazo.