Una de las frases que suelen utilizar muchas mujeres en estado es ‘estoy embarazada, no enferma’. Con ella se reivindica que el embarazo no es más que un estado temporal y natural por el que atraviesa, pero que no tiene porqué impedir que continúe realizando la mayoría de las actividades que venía haciendo sin problemas.
Si es cierto que deberá adaptar parte de sus rutinas según avance la gestación y según sea su estado de salud, además en función del trabajo que desempeñe esta adaptación será mayor o menor.
Habrá casos en los que será necesario incluso que cambie su función, categoría o puesto en el trabajo. Para ello la mujer debe saber que cuenta con una serie de derechos y que si quiere seguir trabajando pero en su puesto no puede, la empresa tiene la obligación de facilitarle otra colocación, eso sí, para ello debe contar con un informe médico que lo demuestre.
La embarazada que no tenga problemas y su puesto no sea de riesgo puede seguir trabajando
Si el trabajo no entraña riesgos ni precisa que se tome la baja, la embarazada puede seguir trabajando hasta que llegue el momento de dar a luz. Hay mujeres que hasta el último día siguen a pie de cañón otras en cambio lo dejan semanas o días antes por cansancio, recomendación médica u otros motivos. Pero en general habrá que seguir una serie de recomendaciones para que las horas que se esté en el trabajo no sean problemáticas.
Lo más básico es mantener la postura adecuada, son muchas las horas que se pasan en el centro de trabajo y por ello será necesario que la colocación sea la correcta para evitar, entre otros, problemas de espalda. La silla a su vez debe ser cómoda y ergonómica. No se debe permanecer mucho tiempo en la misma postura, se debe variar a menudo, dar pequeños paseos y descansar cuando sea necesario.
Podemos aprovechar los ratos en que estemos sentadas para realizar ejercicios, como los de suelo pélvico, o ejercicios sencillos de pies que facilitan la circulación. Otra buena idea es practicar las respiraciones y mantenernos así lo más relajadas posibles. Si el trabajo nos estresa será el momento de colocar cada cosa en su sitio y mantener la calma, no olvidemos que todo lo que nos afecte afectará también al bebé.
Hay que alimentarse bien aunque estemos trabajando
Es importante no dejar de lado la alimentación, si nuestro ritmo de vida nos hacía comer rápido y mal habrá que cambiar, deberemos optar por una dieta sana y comer de la forma más tranquila posible. Es bueno tomar un tentempié cada dos o tres horas y beber mucha agua.
Pese a que cuidemos nuestra imagen no debemos sacrificar la salud por ello, hay que olvidarse de las ropas ceñidas y los grandes tacones, habrá que seguir un estilo que nos permita estar cómodas, lo que no tiene porqué estar reñido con la moda.
Ante todo habrá que saber hasta donde podemos llegar, cada mujer lleva su embarazo de una manera y no sirve de nada compararse con el resto. Siendo conscientes de nuestros límites y respetando estos sencillos consejos será posible trabajar sin problema hasta que llegue el bebé.