Cuando se acerca el momento de dar a luz, suelen surgir temores, dudas y angustias con respecto al desarrollo del mismo. En las mamás que pasan por ello por segunda vez, la incertidumbre se reduce y suelen mostrar un mayor nivel de relajación que las ayuda durante el trabajo de parto.
Si bien es cierto que existen ventajas de un segundo parto, como un acortamiento del tiempo de la fase de dilatación o un trabajo de parto más liviano, también podemos hablar de desventajas o aspectos no tan positivos de ser mamá por segunda vez.
Diferencias entre el primer parto y los siguientes
La diferencia principal entre un primer y segundo parto radica en los tejidos de la mujer.
Cuando ya se ha desarrollado todo un periodo de gestación y el bebé ha atravesado el canal de parto, los tejidos tienen mayor elasticidad y por lo tanto cuesta menos la distensión. Sin embargo, se encontrará la dificultad a la hora de recuperar el tono y contraer todo aquello que fue distendido.
1. El útero presenta más dificultad y tarda más tiempo en contraerse: para volver a su tamaño, deberá realizar espasmos (“los entuertos”), que son más dolorosos y numerosos que tras el primer parto. Pueden durar de 3 a 4 días.
2. Recuperar la línea puede resultar más costoso: a pesar de que no existe una razón médica para ello, muchas mujeres tardan más tiempo en volver a estar en su peso ideal.
Algunos consejos en este aspecto son:
– No desesperarse y aceptar la situación, se trata de un periodo de la vida en el que se tienen otras demandas y el tiempo es limitado.
– Retomar el ejercicio físico de forma moderada y progresiva. Incluso durante el embarazo, conviene realizar ejercicios, yoga o lo que se prefiera. El cuerpo necesita moverse para su adecuado funcionamiento. Conforme la mujer vaya sintiéndose más recuperada, puede ir aumentando la intensidad y frecuencia de sus ejercicios físicos.
– Dieta sana y equilibrada. Como en todas las personas, esto es algo fundamental para la salud. La embarazada y la mujer lactante no deben comer diferente, ni en mayor cantidad, el objetivo es incluir todos los nutrientes necesarios en la dieta.
– Lactancia. Amamantar al bebé, contribuye a la pérdida de peso ya que se requieren grasas para la formación de la leche materna y el organismo utiliza las reservas acumuladas.
3. Combatir el cansancio
Las primeras semanas después del parto, son muy cansadas. La madre, todavía en proceso de recuperación, debe atender las necesidades del recién nacido, que aún no se adapta a los ritmos de sueño, presenta cólicos y demanda alimento frecuentemente.
Las noches sin dormir lo suficiente, sumado a la condición física limitada de la madre, hacen que el cansancio se apodere de las horas diurnas, en las que además, suelen haber otras tareas que realizar.
Tras un segundo parto, las demandas aún son mayores, ya que suelen haber más obligaciones y menos tiempo, fruto de tener otro hijo que requiere atención.
En estas semanas, es muy importante apoyarse en los familiares para solicitar ayuda con las actividades diarias de la casa o el cuidado de los niños.