“Mi niño”, “Mi chiquitín”, “Carlitos”, “Anita”…cualquier nombre cariñoso es válido para denominar aquello que tanto amor despierta en el interior de una mujer; su hijo.
Para una embarazada, su bebé será único durante toda la gestación, sin embargo, estamos acostumbrados a escuchar palabras como zigoto, embrión o feto para referirse al futuro recién nacido y en muchas ocasiones, se generan dudas acerca de éstos conceptos.
Las etapas del embarazo desde la concepción hasta el parto
Lo primero que se forma como resultado de la fecundación es el “zigoto o huevo”.
Cuando un espermatozoide se fusiona con un óvulo, se crea en el interior de la mujer, ésta nueva célula que contiene el ADN completo del futuro ser. La mitad de la información genética proviene de padre y la otra mitad de la madre.
Este proceso ocurre en las trompas de Falopio, aunque ese no es el lugar donde debe desarrollarse el bebé, por lo que viaja durante 4 días hasta el útero de la madre y se aloja en su pared. Este momento de adherencia al útero, puede considerarse el oficial para confirmar que existe embarazo.
El zigoto, comienza a dividirse en múltiples células que aproximadamente en 12 días, darán origen a la placenta y al “embrión”. En este momento el huevo ya no existe como tal, sino que se ha transformado en estos dos elementos. A partir de entonces, denominaremos “embrión” al nuevo ser.
El embrión continúa desarrollando los tejidos necesarios de forma que al mes de gestación, tiene el tamaño de un grano de arroz y los órganos principales están comenzando a formarse.
Nuestro bebé, en un proceso acelerado, no descansa en su crecimiento, a pesar de su minúsculo tamaño y su forma de renacuajo no cesa ni un momento en su evolución. Las piernas, los brazos, la cabeza y el torso luchan por diferenciarse así como los órganos más esenciales.
Se denomina feto a partir de la semana 8 de embarazo
Al final de la octava semana de gestación, el embrión pasa a denominarse “feto”, un nombre que a nivel médico lo acompañará hasta el momento del parto.
De aquí en adelante, con una velocidad asombrosa, el feto irá atravesando una seria de etapas de desarrollo, cada vez más complejas y elaboradas. Aparecerá el ritmo cardíaco, órganos completos, primeros movimientos, desarrollo de los sentidos, rasgos faciales…etc.
El futuro bebé, cada día percibirá con mayor detalle, aquello que proviene del exterior, los sonidos, movimientos y hasta emociones de su madre. Ésta también sentirá cada vez más a su hijo en su interior creándose un vínculo de por vida entre ambos.
En realidad, la diferencia entre los conceptos “zigoto”, “embrión” y “feto” podría considerarse únicamente a nivel temporal. La gestación es un proceso continuo de crecimiento de vida en el interior de la mujer.
A modo de resumen y para clarificarlo todavía más podríamos decir que:
– El zigoto o huevo ya contiene todo el ADN del futuro bebé pero todavía es una masa de células
– El embrión junto a la placenta, son elementos diferenciados creados a partir del huevo (a los 12 días de gestación). Corresponde al primer trimestre de embarazo, el periodo más importante y vulnerable para la vida del bebé.
– El feto se diferencia del embrión por su etapa de desarrollo más avanzada ( A partir de la novena semana)