Hacer sitio a una nueva vida no es tarea fácil y para que ello suceda de la mejor forma posible el cuerpo de la mujer pone en marcha desde que concibe una serie de mecanismos dirigidos a que el bebé se encuentre lo mejor posible, aunque ello vaya en detrimento de la madre.
El estreñimiento es uno de los ‘males’ del embarazo, casi todas las embarazadas notan como desde que quedan en estado y según van pasando los meses aparecen problemas a la hora de evacuar que en función de su alimentación y estilo de vida pueden ser más o menos graves.
Causas del estreñimiento en el embarazo
Lo cierto es que existen una serie de mecanismos físicos que explican estas dificultades.
Los intestinos se encuentran muy próximos al útero por lo que sus movimientos podrían ser perjudiciales para el feto, así con la llegada del embarazo se produce también por efecto de la hormona motilina, un descenso en los movimientos intestinales. Otra hormona, la famosa progesterona, es la responsable de que se produzcan trastornos en la digestión y una mayor debilidad a la hora de evacuar. A todo ello hay que sumarle el peso del útero, que ralentiza aún más el movimiento intestinal impidiendo, a medida que aumenta, que la evacuación se produzca sin problemas.
Contra todos estos factores físicos tiene que enfrentarse la embarazada, pero no está todo perdido, es mucho lo que la mujer puede hacer para ayudar a su organismo a funcionar de la mejor forma posible y que el estreñimiento no acabe siendo un problema que cause hemorroides, flatulencia, dolor al evacuar o pesadez de estómago.
Remedios contra el estreñimiento en el embarazo
La actividad física es fundamental. Si ya nuestro funcionamiento intestinal está ralentizado no ayudaremos mucho si nosotras también disminuimos la actividad. El movimiento corporal ayudará a mejorar la circulación de la sangre, con lo que todos los órganos funcionarán mejor, incluido el intestino. Una actitud sedentaria en cambio no hará más que empeorar el problema.
La alimentación es el otro pilar básico en el que debeos basarnos para evitar el estreñimiento. Las pautas alimenticias tienen que incluir productos ricos en fibra que se deben introducir de manera paulatina para dar tiempo a que el organismo se acostumbre. Es preferible que la fibra provenga de alimentos como las frutas, las hortalizas y las verduras, evitando aquellas flatulentas como alcachofas, puerros, cebollas, pepinos, coles o rábanos. Asímismo no se debe abusar de alimentos astringentes como puede ser el arroz o el plátano. Pastas, pan, cereales… es mejor que sean integrales ya que su aporte de fibra es mayor. Evitar los alimentos grasos favorecerá a su vez la evacuación.
No se puede olvidar la ingesta de líquidos que debe ser entre 1’5 y 2 litros al día, puede ser agua, caldos de verduras, infusiones o zumos naturales, lo importante es que la mujer se acostumbre a mantenerse hidratada.
Por último existen una serie de remedios que pueden servir para facilitar la evacuación, por ejemplo beber un vaso de agua tibia en ayunas o tomar compota de manzana y ciruelas pasas para desayunar.