El parto de gemelos o mellizos

Que algo salga mal en el parto, es un miedo típico de cualquier mujer embarazada, mucho más se acentúa cuando lo que viene no es un bebé, sino dos, tres o incluso cuatro niños.

En los últimos años, ha habido un aumento considerable del número de embarazos de gemelos debido a las técnicas de reproducción asistida, que mediante la ovulación, aumentan la posibilidad de que dos óvulos sean fecundados.

Cuando se desarrollan simultáneamente más de un embrión en el útero de una mujer, lo denominamos embarazo múltiple y más concretamente:

– Gestación gemelar: cuando coexisten dos embriones.

– Gestación triple: se identifican tres embriones.

– Gestación cuádruple: encontramos cuatro embriones.


Los embarazos múltiples se clasifican como embarazos de riesgo


Independientemente del tipo de embarazo múltiple, los profesionales médicos, consideran estas gestaciones “de riesgo” y realizan un control exhaustivo de las mismas.

Durante el embarazo, es importante identificar lo más precozmente posible, si los embriones se encuentran en la misma bolsa amniótica o se desarrollan en sacos individuales así como si comparten o no la placenta.

Con esta información, podemos conocer los riesgos asociados a cada caso para realizar el seguimiento que sea más pertinente.

Normalmente un embarazo suele durar unas 40 semanas, en los embarazos múltiples, los médicos suelen recomendar llevarlo a término alrededor de la semana 36 o semana 38 según el caso. No obstante, en muchos de los casos, el parto se inicia de forma natural prematuramente debido a la sobredistensión del útero.


¿Cómo se desarrollan los partos múltiples?


Dependiendo del tipo de embarazo múltiple, de si los fetos se desarrollan en sacos individuales y de si comparten placenta o no, los médicos recomendarán una u otra forma de intervención.

Por ejemplo, en el caso más complejo, el que se considera de mayor riesgo, cuando los bebés se encuentran dentro de la misma bolsa y además comparten la misma placenta, la recomendación suele ser llevarlo a término tempranamente mediante cesárea. Los bebés, cuando comienzan a estar muy grandes, pueden estar muy estrechos y entrelazar sus cordones umbilicales, poniendo en riesgo sus vidas.

En otros casos, el parto se inicia prematuramente, pero puede atenderse de forma natural, siempre que la posición de los bebés lo permita y no implique riesgos para su salud.

Los pasos a seguir durante el parto suelen ser:

– Ingreso en el hospital con contracciones regulares. En este momento se realiza una ecografía para observar la postura de los bebés, la cantidad de líquido amniótico y el peso de cada uno de ellos

– Mediante la exploración vaginal, se valora el cuello del útero y la posición fetal. Siempre que el primer feto esté colocado de cabeza, se podrá realizar un parto vaginal. En caso contrario, cuando el bebé esté de nalgas o pies, se ha de recurrir a cesárea. Con todo ello se calcula un número denominado “índice bishop” que indica la mayor o menor viabilidad de parto vaginal.

– El parto múltiple es un parto de riesgo, por lo que lo suele atender un equipo multidisciplinar (obstetra, matronas, anestesista, neonatólogo) y siempre ha de realizarse en quirófano.