Embarazo adolescente

Cuando una pareja de jóvenes adolescentes va a tener un hijo se enfrenta con reacciones distintas a las que ocasiona el anuncio de un embarazo en personas de más edad. Aunque la mayoría de gente duda acerca de su capacidad como futuros padres, la verdad es que médicamente hay cuestiones aun más importantes que deben plantearse tanto los adolescentes como los futuros abuelos.


Posibles complicaciones de un embarazo adolescente


Lo primero a tener en cuenta ante un embarazo adolescente es que una joven de esta edad aun se está desarrollando.

Esto implica que su pelvis también está en proceso de crecimiento, y el canal de parto tampoco tiene un tamaño consolidado. Es decir, biológicamente tiene más posibilidades de tener problemas en el parto que una mujer adulta. Y estas complicaciones son mayores aun si la embarazada es menor de 15 años.

Así, antes del nacimiento es habitual que una adolescente embarazada sufra de anemia, preeclampsia o, incluso, enfermedades de transmisión sexual. En el momento de dar a luz, también es más probable que el parto se prolongue más de lo habitual, y que haya complicaciones como sufrimiento fetal, o atonía uterina. Incluso se puede dar una desproporción entre el feto y la pelvis de la madre que dificulte seriamente el momento de dar a luz. Todo esto lleva a que se de una mayor proporción de cesáreas.

El recién nacido también puede tener problemas por ser fruto de un embarazo adolescente. Puede ser prematuro, o presentar bajo peso e, incluso, padecer ictericia neonatal, sepsis y síndrome de dificultad respiratoria.

Hay que resaltar que los embarazos de adolescentes menores de 15 años son considerados de alto riesgo obstétrico.


Relación entre la salud de la madre adolescente y el bebé


En principio, una madre adolescente no lleva el mejor estilo de vida para tener un bebé sano. Hoy en día es habitual que las jóvenes tengan una dieta poco sana y que consuman alcohol y tabaco, lo que aumenta las posibilidades de que el niño nazca con problemas tan básicos como un peso demasiado bajo.

Estudios médicos realizados indican que los bebés de madres fumadoras tienen también más riesgo de nacer prematuros e, incluso, de padecer el síndrome de muerte súbita a posteriori. Además, las adolescentes tienen más posibilidades de tener complicaciones en el embarazo que las mujeres adultas.

Incluso se ha comprobado que las enfermedades de transmisión sexual afectan en una proporción mucho mayor a los jóvenes. En este sentido, hay que tener en cuenta que, si una madre adolescente las padece, puede originar consecuencias importantes sobre el bebé. Por ejemplo, la clamidia causa infecciones en los ojos y neumonía en el bebé recién nacido y la sífilis llega en casos extremos a provocar la muerte de la madre y del niño


Consecuencias psicológicas en una madre adolescente


Una adolescente de 15 años no tiene los mismos recursos que una mujer adulta para enfrentarse a todo lo que implica estar embarazada. Esto implica que su situación psicológica es difícil, y que acumula sus propias reacciones a la situación que está viviendo con las de su entorno, y la alteración que representa a esta edad tener que tomar decisiones serias.

Dependiendo de la personalidad de la madre adolescente, puede ser una buena idea que su médico se plantee un seguimiento psicológico que evite problemas posteriores.