¿Será niño o niña? Hay padres a los que la respuesta a esta pregunta no les preocupa en absoluto, algunos incluso no quieren saberlo y prefieren descubrirlo en el parto. Pero, pese a que para todos, la salud de su bebé es lo primero, lo cierto es que conocer el sexo del futuro hijo es algo que intriga y emociona a un gran número de progenitores.
Por tanto una de las preguntas más habituales es cuándo sabré si espero niño o niña.
El sexo del bebé está determinado desde el mismo momento de la concepción. El espermatozoide es el responsable de este factor, que sea X o Y determinará que sea niña o niño, ya que la mujer siempre es X. Pero aunque nuestro bebé tenga su sexo claro desde el principio, nosotros no lo podremos ver hasta que su desarrollo físico no muestre con claridad sus genitales, lo que no ocurre de forma precisa hasta la semana 20 de gestación.
Desarrollo sexual del feto
En las primeras semanas todos los embriones tienen una protuberancia muy similar en la zona genital. Si es un niño a partir de la semana 7 comenzará a producir testosterona y esa protuberancia crecerá y derivará en el pene y el escroto. En el caso de que sea niña la protuberancia dará lugar al clítoris y los labios mayores. En este momento tan inicial no es fácil saber hacia donde derivará la zona genital, aunque hay algunos indicadores que se pueden observar a través de los ultrasonidos y que un especialista experimentado podría interpretar para saber si es niña o niño.
A partir de la semana 11 esa protuberancia en los niños apunta hacia arriba, en un ángulo superior a los 30 grados respecto a la espina dorsal, en las niñas sigue la línea del cuerpo y es más horizontal. Para verlo con precisión es necesario que el bebé esté tumbado de espaldas y quieto algo bastante complicado. Es una predicción muy complicada y que además suele llevar a errores, por lo que es mejor esperar un poco más para no llevarse decepciones.
A partir de la semana 16 es mucho más seguro determinar si es niño o niña, aunque dependerá mucho de la posición del bebé, hay ocasiones en que no quieren mostrar sus partes íntimas por lo que hay que seguir esperando.
Además de la ecografía existen otros métodos para saberlo, como los genéticos y análisis de sangre
Los ultrasonidos no son la única forma de saber qué viene en camino. Aquellos que no deseen esperar pueden realizarse exámenes genéticos como la amniocentesis que determina el sexo con precisión antes de que se aprecie en las ecografías. Debido al riesgo que existe en este tipo de pruebas no se recomiendan a no ser que sea importante saber el sexo en función a determinar la existencia de problemas genéticos, por ejemplo.
Hay más posibilidades, hoy en día existen análisis de sangre que permiten precisar con una fiabilidad que supera el 90% el sexo del bebé desde la octava semana de embarazo. No son pruebas que cubra la seguridad social, pero son una opción segura para los más impacientes. En esta misma línea también han surgido análisis de orina que señalan si será niño o niña, aunque su fiabilidad es más limitada.