La aromaterapia es una rama de la herbolaria que usa aceites esenciales para mejorar la salud física y mental. Se trata de una terapia que se realiza desde hace cientos de años y se diferencia de la herbolaria porque los aceites se inhalan o se aplican sobre la piel.
Se trata de una terapia alternativa que desde el punto de vista científico no está contrastada y no se incluye dentro de la medicina convencional.
Sin embargo, son muchas las personas que hacen uso de ella y confían en sus beneficios.
En 1929, René-Maurice Gattefossé, descubrió las propiedades medicinales del aceite esencial de lavanda, cuando lo aplicó a una quemadura sobre su mano después de tener un accidente en su laboratorio. A partir de ese momento comenzó una revitalización de los aceites vegetales y en 1928 acuñó el término de aromaterapia.
Los aceites esenciales son mezcla de varias sustancias químicas biosintetizadas. Se trata de productos altamente aromáticos, no grasos, volátiles y livianos. Es importante no confundirlos con los aceites sintéticos que tienen una calidad muy inferior y pueden producir quemaduras y alergias.
¿Cómo se realiza la aromaterapia?
Normalmente se diluyen los aceites esenciales en agua caliente para que podamos respirarlo junto con el vapor.
En otros casos se aplican directamente sobre la piel ( siempre diluidos con agua u otros aceites por su alta concentración).
Generalmente se usan para el hogar, spas, terapias físicas, estética y rendimiento deportivo. Los supuestos efectos son relajantes, equilibradores, estimulantes, antidepresivos y afrodisiacos entre otros.
¿Cuándo y cómo se usa la aromaterapia durante el embarazo?
Debido a que el futuro recién nacido absorbe no sólo los nutrientes sino también las emociones de su madre, es importante que se transmitan emociones positivas y de equilibrio. Para ello, algunas personas hacen uso de la aromaterapia con el objetivo de beneficiarse de los efectos relajantes de los aceites esenciales.
Además, las mujeres embarazadas utilizan la aromaterapia para calmar dolores de cabeza, náuseas, ardor estomacal, trastornos en el apetito, calambres, ansiedad, estrés, cambios emocionales…etc
Los expertos recomiendan seguir unas indicaciones para su administración durante el embarazo ya que algunos aceites pueden ser abortivos y peligrosos para la salud fetal:
– Se recomienda no utilizar aceites esenciales durante el primer trimestre de embarazo.
– No aplicar directamente sobre la piel (diluirlos con agua).
– No aplicar aceites sintéticos.
– Evitar los siguientes aceites esenciales:
a) Emenagogos (estimulan la menstruación) como: Angélica, albahaca, Hisopo, Mirra…entre otros. Es necesario consultar al médico antes de comenzar a utilizarlos.
b) Uterinos (tonifican el útero) como clavo o jazmín
c) Parturientos (facilitan el parto) como anís y albahaca
d) Abortivos (pueden provocar un aborto) como ruda, tuya, artemisa
Los profesionales pueden asesorar a la mujer embarazada sobre los tipos de aceites esenciales a evitar, así como las dosis y tiempo de gestación recomendado para su uso.
No existe ninguna prueba científica sobre los supuestos beneficios de la aromaterapia
Las comunidades médico y científica rechazan la aromaterapia por carecer de base científica que demuestre los efectos en la salud. Lo relacionan con la evidencia anecdótica y el pensamiento mágico. Se han realizado pocos estudios para comprobar la eficacia de esta terapia.