La música amansa a las fieras, pero también a los bebés, incluso antes de que hayan salido del vientre de su madre, y a los papás. Debido a las propiedades de la música no es de extrañar que hayan surgido disciplinas que se encargan de potenciar a fondo todas sus virtudes y beneficios para los seres humanos, es el caso de la musicoterapia.
La musicoterapia utiliza la música y sus elementos, sonido, ritmo, melodía y armonía, para facilitar y promover la comunicación, las relaciones y la expresión que satisfacen las necesidades emocionales, sociales, físicas y cognitivas de los seres humanos.
Por todo ello tiene una gran utilidad a la hora de fortalecer los vínculos entre una madre y su hijo.
Está comprobado que los bebés se calman con música relajante desde el interior del útero
Son muchos los estudios que han comprobado el efecto que tiene la música en un bebé no nacido. Los bebés que escuchan música clásica en el útero materno relajan su ritmo cardiaco, induciéndoles a un estado de serenidad. Pero no solo tiene un efecto relajante, desde antes de nacer los bebés son capaces de escuchar, sentir, soñar, memorizar, aprender y reaccionar ante los estímulos que le llegan del exterior, por eso escuchar música va a educar su inteligencia musical además de enriquecer su desarrollo físico, emocional e intelectual.
Si el bebé crece en medio de un ambiente musical su personalidad se forjará entre melodías, estimulando su creatividad, concentración y coordinación. Estas ventajas, que le acompañan desde antes de nacer, se mantienen también una vez está en el mundo. Son bebés que comen mejor, lloran menos y duermen más, todo ello debido a los vínculos que a través de la música establecieron con su madre.
Pero las ventajas no son solo para el bebé. Hay mujeres que afrontan la maternidad con una importante carga negativa, bien por sus temores ante el parto o el cuidado del recién nacido, por una situación de estrés o por cualquier otro motivo. La música les va a ayudar a relajarse, con la terapia musical van a experimentar una sensación de control sobre si mismas, y de conexión con el bebé.
Ventajas para la madre y el hijo de la musicoterapia
Esta tranquilidad se va a transmitir directamente al bebé que, recordemos, experimenta todas las sensaciones que tiene su madre, por tanto una madre relajada y tranquila tendrá como consecuencia un bebé de las mismas características. La música será también una buena aliada durante el trabajo de parto, la ansiedad disminuye, aumenta la sensación de control sobre su cuerpo y por tanto la capacidad de sobrellevar el dolor.
A partir del cuarto mes de gestación el bebé ya es capaz de percibir los sonidos que le llegan del exterior por lo que es un buen momento de empezar con la música, normalmente se recomienda la música clásica, Mozart en concreto es uno de los que mejores resultados da. Pero la musicoterapia se puede mantener una vez el bebé ha nacido, éste va a reconocer el sonido y le va a transportar al ambiente cálido y acogedor del útero materno a la vez que va a fortalecer ese vínculo tan especial entre madre e hijo.