El pecho hinchado es la primera sensación que percibe la mujer embarazada. Esta parte del cuerpo es de las primeras que empieza a preparase para la función que tendrá que cumplir una vez nazca el bebé, alimentarle.
El aumento del tamaño del pecho está directamente asociado con el aumento de hormonas como son la progesterona, los estrógenos, la relaxina y la prolactina.
Esta última es la más importante cuando hablamos de lactancia. La prolactina estimula la producción de leche en las glándulas mamarias y aunque siempre está presente en el cuerpo de la mujer, durante el embrazado sus niveles aumentan considerablemente.
A partir del cuarto o quinto mes pueden empezar las pérdidas
Este aumento de la prolactina puede provocar que la leche llegue a salir del pecho antes de que nazca el bebé. De hecho estas pérdidas se pueden producir a partir del cuarto o quinto mes. Es un proceso totalmente normal y natural y que no causa ningún dolor a la madre.
La sustancia que segrega el pecho se denomina calostro, es el líquido que antecede a la leche propiamente dicha. Esta secreción está formada por plasma, sodio, cloro, células, inmunoglobulinas, lactoferrina, seroalbúmina y una parte de lactosa. Tiene un color amarillento y es más consistente que la leche posterior.
Pese a que las pérdidas de calostro se pueden producir desde el segundo trimestre lo habitual es que se den en la última etapa del embarazo. El único problema asociado a estas pérdidas tiene que ver con la incomodidad que puede producir el sentir el pecho húmedo, además de que resulta algo embarazoso si se producen en público, ya que pueden traspasar la ropa creando unas antiestéticas manchas. Para evitar esto lo mejor es utilizar los discos especiales que se venden para las madres lactantes, son de algodón y muy discretos, por lo que la mujer podrá seguir con su actividad diaria sin problemas.
No hay que preocuparse por estas pérdidas, de hecho el calostro es vital en los primeros días de vida del bebé. Su composición rica en vitaminas, proteínas, minerales y anticuerpos es todo lo que el niño necesita para alimentarse nada más nacer. Tiene además propiedades laxantes lo que ayudará al recién nacido a eliminar más fácilmente el meconio. Se digiere con facilidad, es una barrera natural contra las bacterias y otros anticuerpos y ayuda a establecer la flora intestinal. A partir del quinto día de vida el calostro dejará paso a la leche.
El cuidado de los pechos
En lo que respecta a la madre, durante todo el embarazo, pero especialmente en cuanto se empiezan a notar las primeras señales de hinchazón, hay que cuidar especialmente los pechos. La piel se estira, pudiendo aumentar hasta una talla del sujetador, esto provocará picores y molestias, además de la aparición de estrías.
Por todo ello se deben utilizar sujetadores adecuados, es recomendable que sean de algodón hay algunos que se pueden utilizar también para dormir, la mujer se sentirá así mucho más cómoda, especialmente si tiene pérdidas continuadas de calostro. No hay que olvidar la hidratación de la zona, es la forma más efectiva de lograr que la piel no padezca en exceso. También la ducha es importante para la higiene de los pechos, aunque eso sí, evitando jabones que resequen la zona en exceso.