La infertilidad es uno de los problemas más habituales en las parejas de hoy en día, motivada en buena parte por la influencia de la vida estresada que llevamos hoy en día, y por el retraso habitual en la edad en que empezamos a plantearnos tener hijos.
Fruto de este aumento de la infertilidad, se han desarrollado numerosas técnicas para ayudar a las parejas que desean tener hijos a concebir.
Actualmente existen en España numerosas clínicas especializadas en este tema, que ofrecen tratamientos personalizados y de gran calidad. Según la gravedad del problema, cada pareja de futuros padres se sitúa en cada una de las siguientes técnicas:
La estimulación de la ovulación
Cuando una mujer aun ovula normalmente, pero no se queda embarazada, se le somete a un tratamiento con medicamentos que le estimulen la ovulación. De esta manera, es más fácil que tenga éxito a la hora de someterse a cualquier técnica de fertilidad o de reproducción asistida, por compleja que sea.
También se estimula la ovulación en las mujeres que tienen una trompa de Falopio enferma, endometriosis tratada y una fase lútea inadecuada. Incluso, cuando se quiere mejorar la calidad del óvulo, para evitar abortos recurrentes.
La inseminación artificial
Esta técnica de fertilidad es de las más sencillas que existen. Consiste en que el semen del hombre, previamente tratado en el laboratorio para enriquecerlo, sea colocado directamente en el útero de la mujer mediante una cánula, y habiendo estimulado su ovulación.
La fecundación in vitro
Para llevar a cabo esta técnica de fertilidad se extraen óvulos de la mujer, y se unen a los espermatozoides del hombre en un laboratorio. Cuando se produce la fecundación, se traspasa el embrión al útero de la mujer, previamente estimulado con hormonas.
Esta técnica es larga y compleja, y consta de varias fases, que incluyen:
- la estimulación de la ovulación mediante una serie de inyecciones de hormonas hasta obtener la maduración de varios folículos
- la extracción de los óvulos mediante una punción, normalmente por vía endovaginal y bajo control ecográfico, y el recoger el esperma del hombre, conseguido mediante su masturbación.
- fecundación de las células sexuales
- implantación de los embriones en el útero por vía vaginal. Para favorecer su implantación se administra progesterona a la paciente.
La técnica de la fecundación in vitro tiene más éxito cuantos más embriones se implantan, aunque esto aumenta el riesgo de embarazo múltiple, con las consecuencias que puede tener.
La microinyección espermática
Esta técnica de fertilidad es una variante de la fecundación in vitro que acabamos de explicar. Lo único que les diferencia es que, en ésta, sólo que se introduce un único espermatozoide dentro del ovocito.
Esto significa que solo se necesita de un espermatozoide vivo por cada óvulo a fecundar, lo que ofrece la gran ventaja de poder contar con muestras de semen de bajísima calidad para llevar a cabo el proceso de fecundación, lo que no sucede en una fecundación in vitro tradicional. Se calcula que es la técnica más utilizada, en un 61,5% de los casos, y registra una tasa de embarazo por ciclo del 31,6%.