Si, no hay ningún inconveniente en dar el pecho a un bebé mientras se está esperando a otro, pese a los mitos y leyendas que circulan sobre este hecho lo cierto es que es perfectamente compatible e incluso beneficioso, aunque eso sí, habrá que tener en cuenta que las circunstancias no son las mismas.
La mujer que queda embarazada en la etapa de lactancia no debe de preocuparse por comenzar a destetar a su bebé, puede seguir dando el pecho siempre que lo desee y no haya ninguna complicación especial.
Hay mujeres que cuando quedan en estado comienzan a destetar a su hijo esto puede ser más problemático que seguir con la lactancia, el niño no va a entender por qué de un día para otro se le niega su teta y esta brusca retirada puede resultar traumática.
Dar el pecho estando embarazada no es ningún problema
No hay que preocuparse, dar el pecho no afecta al bebé en crecimiento ni provoca un aborto, de hecho para muchas mujeres es una gran experiencia seguir amamantando a su bebé mientras esperan otro. El problema con la lactancia en este momento puede venir por las incomodidades que supone. Los pechos de la embaraza sufren los mismo cambios esté dando pecho o no, por tanto están más sensibles y la succión del niño puede resultar más molesta para muchas madres. Además, en lo que respecta a la leche, cambia su sabor debido a los cambios hormonales, que también provocan una disminución de la misma.
Son factores que el bebé percibe y que le harán reaccionar de una manera distinta en cada caso. No sería raro que fuera el propio niño el que comenzara a mostrar cierto rechazo hacia el pecho. Ante esta situación no hay que alarmarse, si la madre lo desea puede ser un buen momento para comenzar el destete de forma paulatina. Si desea continuar con la lactancia puede mantener las tomas o darse los descansos que sean precisos atendiendo a las demandas del bebé, una vez nazca el siguiente se puede reanudar la lactancia con ambos sin problema.
La agitación de la lactancia
Existe un sentimiento de rechazo que se da en muchas madres embarazas que dan el pecho, se denomina agitación de la lactancia. La mujer se siente molesta, irritada con su hijo, no desea seguir dándole el pecho. Es algo primario, instintivo, pero que hace sentir a la madre culpable. No se puede evitar pero es bueno conocerlo y saber que puede suceder, no hay una solución clara, se puede tomar un descanso, destetar o incluso buscar ayuda para superarlo.
Otra de las consecuencias, en este caso físicas de amamantar embarazada, son las contracciones. Está comprobado que la succión del niño provoca contracciones, esto es debido a la oxitocina, responsable tanto de que la leche fluya como de que el útero se contraiga. En principio no hay problema con ellas ya que estas contracciones solo son efectivas cuando el parto es inminente, por eso a no ser que exista riesgo de parto prematuro, se puede seguir amamantando sin problemas.
En última instancia la decisión de continuar dando el pecho o retirarlo dependerá de la madre, aunque debe saber que de ninguna manera afectará ni a su embarazo ni a su nuevo bebé.