Se repite por activa y por pasiva, las mujeres embarazadas deben practicar deporte. Hacer ejercicio es necesario para mantener una buena forma física y sobrellevar mejor los cambios que se producen durante la gestación. Pero no todos los deportes son adecuados cuando una mujer está embarazada. Hay actividades que, bien sea por su gran intensidad o por conllevar algún riesgo, no son recomendables.
Puede que ir en bicicleta o jugar al tenis no parezcan a priori actividades demasiado peligrosas, pero el riesgo existe ya que son deportes en los que las posibilidades de caerse son muchas, sobre todo cuando se está embarazada.
En la gestación el sentido del equilibrio está afectado, esto es debido a que el centro de gravedad ha cambiado debido al aumento de la barriga, además las articulaciones están más débiles y la mujer soporta más peso. Todo ello hace que se sienta más torpe y menos segura de sus movimientos, especialmente en el tercer trimestre. Por todo ello hay que dejar de lado todos los deportes que puedan suponer algún riesgo de caídas.
Los deportes con riesgos de caída hay que evitarlos
Hablamos de actividades como el esquí, el surf, la equitación, el patinaje y en definitiva todas aquellas que de practicarse puedan implicar una caída. Muchas mujeres pensarán que pueden seguir practicando sus deportes favoritos mientras el tamaño de su barriga no se lo impida. No es lo más recomendable, pese a que la mujer se sienta preparada, las caídas y los golpes bruscos pueden ser perjudiciales para el bebé aunque se esté en los estados iniciales. De hecho los primeros tres meses son los que mayor riesgo de aborto comportan por lo que hay que tener cuidado con las actividades que se realicen.
Hay otro tipo de deportes a evitar, serían todas las relacionadas con el buceo y actividades subacuáticas. Tras la inmersión, al subir a la superficie, se pueden crear burbujas de aire en el torrente sanguíneo que son muy peligrosas tanto para la madre como para el bebé. Y por supuesto están prohibidos todo tipo de deportes de contacto.
Hay que practicar deportes suaves
Los deportes que requieran un gran esfuerzo físico y cambios bruscos en la intensidad también se deben evitar. Como se ha comentado las articulaciones se ablandan conforme avanza el embarazado y la mujer no podrá realizar saltos y ejercicios que supongan mantener una tensión continuada sobre las articulaciones. Los grandes esfuerzos provocan a su vez que se eleve la temperatura corporal, esto es perjudicial para el bebé, una temperatura de más de 38 grados en la madre afectará al feto, especialmente en los primeros meses, con el riesgo de que se produzcan malformaciones. Por ese mismo motivo hay que evitar saunas y jacuzzis.
A la hora de practicar deporte la mujer debe ser consciente de que su estado conlleva una serie de limitaciones. Hay que evitar por ejemplo esfuerzos excesivos sobre la musculatura abdominal, tampoco es bueno arquear la espalda, levantar la pierna por encima de la cadera o elevar las pulsaciones por encima de las 150 por minuto.
Una práctica deportiva continua y de intensidad moderada, será suficiente para mantener la forma y asegurar que el bebé llegue en las mejores condiciones.