Cuando llega el ansiado momento de verle la carita al pequeño, tanto la madre como el padre suelen sentirse inquietos, ponerse nerviosos y sólo pueden pensar en que todo salga a la perfección. Para ello, es cierto, que, antes de que llegue el momento final tras los nueve meses de embarazo, habrá que tener ya preparadas y listas ciertas cuestiones, todo lo necesario para cuando el pequeño decida venir al mundo.
Es decir, tener lista la bolsa que llevarán al hospital, con todo lo necesario para el bebé y la madre; fijar quién llevará a la futura madre al hospital o tener los números del taxi, por si en ese momento se encontrase sola.
También es importante si tiene más hijos, que ya sepa con quién se van a quedar, mientras ella y el padre estén en el hospital.
Al acercarse la fecha del parto es normal sentirse algo nerviosa
Más o menos, estas son algunas de las cuestiones que deben estar preparadas para cuando finalmente llegue el momento del parto. Ante todo, habrá que intentar mantenerse relajados y no perder los nervios. De este modo, deberá prestar atención también a ciertas señales que indican la llegada del alumbramiento, ya que, a veces, puede que sienta algunas contracciones y se trate de una falsa alarma.
De este modo, hay ciertas molestias que indicarán que el parto se acerca. Por ejemplo, el útero empezará a dilatarse para que el pequeño tenga espacio para salir. De este modo, hacia la semana 36 es frecuente que sienta molestias en la zona del pubis, así como endurecimiento del abdomen e incluso, dificultad para respirar. Es totalmente normal, ya que, a la vez que el útero está alcanzando su máxima altura, va presionando el estómago y los pulmones. Asimismo, conforme se va acercando el momento, la mujer notará que la barriga baja de tamaño, lo que indica que el pequeño ya está encajado en el canal del parto, listo para salir. Además, el bebé dejará prácticamente de moverse, ya que no tiene apenas espacio y como se ha indicado ya está en la posición de salida.
Otro indicativo de que el parto está al llegar es la expulsión del tapón mucoso, que protegía al bebé de las posibles infecciones. Cuando se expulsa, hay mujeres que en cuestión de horas están de parto y otras, en cambio, pueden tardar unos días.
Aunque, finalmente, la rotura de aguas es la que va a demostrar que el parto ha llegado. De este modo, cuando ocurra, la embarazada deberá acudir urgentemente al hospital, ya que posiblemente el parto comience en un plazo de entre 12 y 24 horas. Si no ocurre, será necesario inducírselo, con el fin de evitar alguna posible infección.
Las contracciones serán la mejor señal de que el parto ha llegado
Además, las contracciones también serán protagonistas de este momento. Así, al principio se producirán cada veinte minutos y, conforme se acerca el momento, el periodo o intervalo entre cada una va disminuyendo considerablemente. De este modo, puede decirse que el bebé estará listo para salir cuando ya sólo haya una diferencia de menos de cinco minutos entre una contracción y otra. Mientras tanto, se va dilatando el cuello uterino. Cuando alcanza los diez centímetros, ya habrá llegado el momento. Es conveniente también que, durante las contracciones, la mujer respire correctamente. Normalmente muchas de ellas acuden a clases de preparación al parto, por lo que sabrán cómo hacerlo en cada fase.
Así, si la mujer siente estos síntomas, sabrá que ha llegado el momento y que debe acudir al hospital. Así, en el área de maternidad, lo primero que harán será comprobar, mediante una exploración vaginal, que realmente sí que ha empezado el proceso del parto. Si ha comenzado la dilatación, la mujer ingresará y, manteniendo la calma, se dejará guiar por los especialistas, intentando distraer la atención de las contracciones y, en la medida de lo posible, deberá estar acompañada de alguna persona que le anime y acompañe, ya sea su pareja o algún familiar.