Todas las mujeres embarazadas sueñan con el momento de dar a luz, y volver a casa con su hijo, felices , relajadas y a punto de disfrutar de él. Ésta es la utopía que todos podemos ver en las películas, pero está muy alejada de la realidad de lo que es el postparto.
Aunque se le de el alta médica solo un par de días después de haber dado a luz, la verdad es que una madre reciente no se encuentra medianamente restablecida hasta que ha pasado más de una semana del parto.
Es normal que la mujer se sienta muy cansada en los primeros días después de nacer su hijo.
Hay que tener en cuenta que el parto, de por si, ya es una experiencia muy dura para el cuerpo y a esto hay que sumarle que el recién nacido tiene unos horarios muy estrictos, que hacen que tenga que darle el pecho cada tres horas aproximadamente. Por lo tanto, la madre no puede descansar las horas que necesita.
Incluso el rostro de la madre cambia durante el postparto, ya que el esfuerzo del parto puede hacer que aparezcan marcas en sus pómulos, que serán transitorias.
El postparto también tiene consecuencias desagradables para la mujer, que tiene que lidiar con dolorosos puntos, ya sean fruto de una cesárea como de que se le haya practicado una episiotomía. Realmente, las heridas se localizan en zonas muy complicadas, que le molestan al caminar o al moverse. Esto también dificulta que la madre reciente se sienta a gusto, y que peuda disfrutar de su hijo como le gustaría.
Los cambios físicos del posparto
Más allá de lo que ocurre en estos días después del parto, los cambios físicos que sufre una mujer al haber tenido un hijo son muchos. De hecho, se considera que se necesita entre 9 y 12 meses para volver a recuperar el estado de forma habitual de antes de la gestación.
La zona abdominal es una de las que se ve más afectadas por el parto, ya que sus músculos han sufrido una dilatación importante. Hay que tener en cuenta que el útero tarda unas 6 semanas en recuperar sus dimensiones habituales, con lo que es normal que la mujer se siga notando como su abdomen está dilatado.
El suelo pélvico es otro de los puntos del cuerpo femenino más afectado por el embarazo y parto, ya que el bebé ha estado presionando su musculatura. Por lo tanto, la mujer debe ejercitarla para recuperar la tonicidad y evitar una futura incontinencia urinaria.
Durante el embarazo la circulación sanguínea de la mujer se ve alterada, por lo que se le hinchan las piernas y el abdomen, y después del parto, su sistema circulatorio debe hacer un proceso para reajustarse. Por eso, también es normal que en el postparto la madre reciente se sienta hinchada y tenga, incluso, celulitis. Es recomendable que tome mucho líquido, y que haga ejercicio para mejorar la circulación de la sangre en las piernas. Los masajes y una dieta especializada ayudarán a que la retención de líquidos disminuya de manera gradual.