Vacaciones en la playa mientras esperas la llegada de tu bebé

El mes de agosto, tan esperado por muchos para descansar y disfrutar de las vacaciones, puede ser un verdadero suplicio para una mujer con un embarazo avanzado. El calor del verano es un agravante a la pesadez y el cansancio típicos de la gestación, que aumenta la sensación de agotamiento en la futura mamá.

Muchas mujeres tienen dudas sobre cómo sobrellevar estas molestias sin poner en peligro a su bebé.

El calor de los meses veraniegos supone algunos riesgos para la mujer embarazada como sufrir deshidratación, taquicardia o fallo circulatorio debido a las altas temperaturas (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO)). Por ello, es necesario paliarlas de la mejor forma posible para poder disfrutar del verano y del embarazo.

Siguiendo unas sencillas recomendaciones preventivas, una mujer embarazada puede ir de vacaciones y disfrutar de la playa o piscina sin que ello suponga ningún riesgo para la salud del feto.


¿Cómo sobrellevar el calor durante el embarazo?


Algunas recomendaciones importantes son:

– Hidratación

Uno de los principales problemas puede ser la deshidratación durante el embarazo, algo que se acentúa más en épocas de calor.

Conviene beber 2,2 litros diarios de agua para que el organismo esté hidratado correctamente, durante el embarazo se debe beber algo más de lo habitual. (Observatorio de Hidratación y Salud). Una forma de hacerlo puede ser llevar siempre una botella de agua para ir bebiendo durante el día.

– Vestirse acorde al verano

Independientemente de nuestro embarazo, se debe adaptar el vestuario a la época veraniega; vestidos ligeros, pantalones cortos, desmangados, calzado cómodo y abierto…etc. Hoy en día existe ropa de embarazo muy variada para escoger aquella que sea más cómoda y permita la transpiración.

– Protegerse del sol

Durante el embarazo, pueden desarrollarse con más facilidad las manchas en la piel (melasmas) fruto del sol. Es muy importante protegerse con cremas de alto filtro solar, así como sombreros o gorras. No exponerse directamente al sol y respetar las horas de más intensidad solar (a mediodía).

– Adaptar nuestras rutinas al sol

Conviene aprovechar las horas más frescas, como la primera de la mañana o las últimas de la tarde, para salir a hacer la compra u otras actividades, de forma que no permanezcamos en la calle cuando el sol incide más intensamente.

– Refrescarse frecuentemente

Ducharse varias veces al día para permanecer frescas durante más tiempo

– Dieta veraniega

La alimentación de la embarazada debe ser equilibrada y cubrir todos los nutrientes necesarios para el desarrollo del feto. No obstante, conviene evitar platos muy pesados y hacer uso de aquellos más frescos, especialmente de frutas y verduras.


¿Qué precauciones se han de tomar en la playa o piscina?


Cuando viajamos a la playa, además de la hidratación, la protección solar y evitar la exposición solar directa, debemos tener especial cuidado con:

– El mar muy revuelto ya que puede provocarnos movimientos bruscos innecesarios

– La práctica del buceo que puede suponer un riesgo para el bebé

– Evitar los deportes acuáticos y juegos que impliquen saltos

– Una vez expulsado el tapón mucoso, a modo de prevención, conviene evitar los baños en mar o piscina ya que existe mayor riesgo de infección vaginal que afecte a la gestación

Atendiendo a las pautas preventivas, la playa puede ser una terapia maravillosa para mitigar el calor y dar paseos por la orilla, algo que favorece a las mujeres embarazadas que presentan retención de líquidos.