Las varices son inflamaciones de las venas que especialmente afectan a la zona de las piernas. Se trata de una dilatación de la vena que impide el retorno eficaz de la sangre hacia el corazón. Como consecuencia del mal funcionamiento de las válvulas venosas, la sangre se acumula en el interior de la vena provocando esta dilatación.
Intensidad de las varices
El nivel de gravedad de las varices puede mantenerse como una simple manifestación antiestética en su estadio primero o ir avanzando, provocando primero molestias como calambres, pesadez, dolor o cansancio, hasta llegar a provocar infecciones, eccemas o ulceraciones.
La mujer embaraza, por el hecho de estarlo, tiene un riesgo más elevado que el resto de la población de sufrir esta dolencia.
Esto es debido a que durante el embarazo, aumenta la presión que el útero ejerce sobre las venas de la pelvis, lo que se une al aumento del volumen de la sangre. Estos dos factores hacen que las válvulas del interior de las venas se relajen y tengan problemas a la hora de cumplir la misión de impulsar la sangre de vuelta al corazón.
Hay mujeres que nunca las han padecido y es el embarazado el momento en que aparecen por primera vez, normalmente a partir del segundo trimestre que es cuando el peso empieza a ser mayor. Lo más importante es la prevención ya que una vez salen es difícil eliminarlas.
Si presentamos un problema de varices debemos controlar su evolución e impedir que vaya a más, ya que si esto es así se puede presentar una trombosis. Si llegamos al parto con un problema de varices importante deberemos utilizar medias elásticas para evitar precisamente que se desarrolle una trombosis, además de intentar no permanecer mucho tiempo tumbada e iniciar un tratamiento en cuanto nos sea posible.
Pautas para que no nos salgan varices
Para evitar llegar a este punto se pueden, y se deben, seguir una serie de pautas. La más importante sería el ejercicio, una actividad física moderada y continuada favorece la circulación sanguínea y evita el estancamiento que acaba acumulando sangre en las venas. Por eso mismo es importante no permanecer mucho tiempo en la misa postura y descansar a ser posible con las piernas elevadas respecto al resto del cuerpo, favoreciendo así el retorno de la sangre hacia el corazón.
Otros hábitos saludables y preventivos estarían relacionados con la alimentación. Llevar una dieta sana es necesario en parte para evitar el sobrepeso, también hay que evitar el tabaco y el alcohol. Si el problema ya ha surgido podemos empezar a utilizar las medias elásticas que venden ex profeso para tratar las varices, no así la ropa ajustada, que agrava el problema. Existen a su vez una serie de ejercicios específicos que se pueden practicar para que no vayan a más.
La prevención será de esta manera la mejor arma, pero si ya presentamos varices deberemos estar muy atentas a su estado. Si son dolorosas, la zona se endurece o se irrita habrá que consultar al especialista que nos indicará el mejor tratamiento a seguir.