Abuelos y nietos: abuso de los hijos a los abuelos

La relación entre abuelos y nietos suele ser muy especial. Los más pequeños los ven como fuentes de sabiduría y experiencia y por ello, a menudo, se convierten en un referente importante durante su crecimiento y un punto de apoyo fundamental.

Pero hoy en día, en la sociedad actual en la que, tanto el padre como la padre, trabajan y tienen múltiples responsabilidades, a veces los padres abusan de los abuelos, convirtiéndolos en canguros, recaderos, taxistas… es decir, son los encargados de quedarse mañanas e incluso tardes con los peques de la casa, recogerlos del colegio o de las actividades extraescolares, llevarlos al médico, darles de comer y merendar…


Muchos abuelos acaban siendo simplemente canguros de los niños


Sin duda, resulta en muchos casos, un trabajo agotador, ya que, les cargan con excesivas responsabilidades y lo que debe ser un placer puede llegar a convertirse en una dura obligación.

Y no hace falta decir que, en la mayoría de los casos, los abuelos están contentos de pasar tiempo con los pequeños y disfrutar cada día de su compañía, siendo así testigos de su crecimiento, pero la cuestión es que hay ciertos límites para todo.

Y es que hay casos en que los abuelos no pueden viajar, o tienen que dejar sus clases de pintura, yoga o informática, por ejemplo, porque tienen que cuidar de sus nietos…

Asimismo, más allá de los momentos de ocio de los que quieran disfrutar, hay ocasiones en que los mayores se sienten impotentes porque su salud y los propios achaques de la edad les impiden a veces seguir el ritmo de los pequeños. Agacharse a recoger todo lo que tiran, cogerles en brazos, bañarles, darles de comer, llevarlos al parque… resulta a veces una tarea demasiado dura. Por ello, los padres deben ser responsables y ser conscientes de las limitaciones que conlleva la edad. Aún así, es cierto que hay casos de abuelos más jóvenes, a los que no supone un esfuerzo este ritmo. Sin embargo, en esos casos, además de para cuidar a sus nietos, suelen querer aprovechar esa vitalidad para llevar una vida más activa.

Y lo cierto es que esta realidad llega a veces a situaciones límites, tales como, amenazas a los abuelos de que si no se quedan con los nietos no volverán a verlos, discusiones provocadas porque los padres consideran que los abuelos están maleducando a los niños o dándoles una educación que ellos no quieren, padres que mantienen su vida de fiestas y salidas nocturnas como si no fueran padres e incluso llamadas de los abuelos al teléfono de la esperanza, abrumados por la situación de excesivo estrés. Incluso a veces hay mayores que acuden a su médico para que les recete algún medicamento que les dé fuerzas para poder llevar el ritmo de sus pequeños nietos…


Abuso de los hijos a los abuelos


Sin duda, y aunque, da la impresión de que son casos muy exagerados, lo cierto es que cada día más hay situaciones de este tipo y abuelos que soportan en silencio estos abusos para no perder a sus nietos e incluso a sus hijos.

De este modo, los padres deben plantearse y reflexionar sobre cómo están comportándose. Y es que pueden recurrir a la ayuda de los abuelos, por las exigencias de la acelerada vida actual, que así lo exige en ocasiones, pero sin convertirlos en padres de nuevo. Asimismo, también será conveniente que les reconozcan el mérito y la importancia de esa ayuda que les prestan, ya que, hay ocasiones en que la sabiduría propia de la edad es muy útil, por ejemplo a la hora de seguir remedios caseros.

Del mismo modo, también existen casos en que los abuelos toman el papel de padres y es conveniente que también que ellos entiendan que no tienen el papel protagonista en su educación y que, por tanto, no deben contradecir a los padres ni hacerles perder autoridad ante los pequeños.