Adopción: decir la verdad al hijo adoptado

La adopción es una de las formas de acceder a la paternidad. Muchos padres optan por esta vía cuando no consiguen el embarazo mediante el método natural, también son muchos los que, aun teniendo hijos biológicos, deciden adoptar a un niño, normalmente para ofrecerle un futuro más alentador.

Sea cual sea la forma en que se llegue a la adopción, los padres deben de plantearse si están dispuestos a decir la verdad a su hijo sobre su origen.

Hay veces en que no hay otra opción, si el niño pertenece a otra raza, antes o después empezará a notar sus diferencias y a hacer preguntas.


Lo más recomendable es hablarle abiertamente y desde pequeños sobre sus orígenes


En cualquier caso es recomendable hablar con los hijos abiertamente sobre sus orígenes biológicos, si decidimos ocultarlo es probable que la información llegue por otra vía. Es mejor que se entere por nosotros y no a través de terceros o revisando los cajones.

Lo mejor es ser sincero con el niño desde el primer momento. No tiene sentido decirle a un niño de tres años que no somos sus padres biológicos, porque no lo va a entender, pero si podemos decirle que el viene, por ejemplo, de China y por eso es diferente al resto. Según vaya madurando será capaz de entender el concepto de adopción, aunque no será hasta los 8 o 10 años cuando planteé las preguntas que realmente le angustian como porqué sus padres no le querían o si nosotros los queremos igual que si hubiera sido natural.

No hay que alarmarse ante ese tipo de cuestiones, son lógicas y hay que responder de manera segura diciendo la verdad en la medida de lo posible. Por supuesto no deben dudar de nuestro amor hacia él y si desean investigar sus orígenes o saber más sobre su cultura debemos acompañarle en el proceso. La actitud abierta y comprensiva será fundamental para que asimile su situación sin traumas.


Saber que es adoptado desde el primer día evita angustias y sentimientos negativos


La ventaja de hablar sin tapujos desde el primer momento es que pueden ir asimilando la información poco a poco, de todas formas el saberse adoptado puede provocar sentimientos negativos en el niño. Muchos piensan que los dieron en adopción porque eran malos, cuando son más mayores piensan también que si sus padres no les quisieron nadie lo hará. No podemos evitar que reaccionen de esta manera, pero si proyectamos una imagen positiva de la adopción, lejos de algo vergonzoso, el niño no pensará de forma negativa en su adopción y los malos pensamientos serán menos frecuentes. Se le debe presentar al niño como una historia de amor, no de abandono.

Cuando llega la hora de la verdad los padres suelen tener muchas dudas y temores ante la reacción de su hijo, si no saben como afrontarlo siempre pueden contactar con profesionales o con grupos de apoyo. No hay una fórmula secreta pero la mayoría lo hace sin problemas. Hay que tener en cuenta que los padres adoptivos han pasado por decenas de pruebas y exámenes para llegar a ese momento, así que pese a sus recelos, están sobradamente preparados.