Una de las consecuencias más temidas en muchos padres que se separan, son las que recaen sobre sus hijos, sobre todo cuando son niños. El temor a las secuelas psicológicas así como al deterioro de la relación con el progenitor que no dispone de la custodia, son algunas de las preocupaciones fundadas en situaciones reales que se repiten una y otra vez a nuestro alrededor.
Probablemente habremos escuchado algún caso conocido en el que alguno de los hijos no desea mantener ningún tipo de relación con el otro progenitor, rechaza el contacto y se refiere a él de una forma despectiva.
Muchas veces, no es el juicio del propio niño el que habla, sino el criterio del otro progenitor, estaremos ante un caso de alienación parental.