El síndrome de alienación parental (SAP) fue definido en 1985 por Richard Gardner, psiquiatra infantil estadounidense. Se trata de un desorden, que consiste en la manipulación y campaña de denigración que realiza uno de los progenitores al niño en contra del otro. A través de diferentes mecanismos, más o menos sutiles, se consigue influenciar al hijo en contra de su progenitor, generando una actitud de rechazo y desprecio hacia el mismo.
En el proceso de alienación parental, los recuerdos positivos que el niño pueda tener hacia su progenitor son sustituidos por una nueva realidad en la que éste se ha convertido en un villano que no merece ningún tipo de contemplación.
Por ello, estos niños se niegan a mantener contacto con su progenitor, hablan de él de forma despectiva y muestran sentimientos de odio o rabia.
Los niños que sufren el SAP, interiorizan de tal forma las manifestaciones del alienador que afirman pensar por sí mismos y no estar influenciados (fenómeno del “pensador independiente”), sin embargo esto forma parte del proceso y se considera un síntoma más del trastorno.