Llega un momento en la vida de toda familia en que esta pregunta salta a la palestra. Suele ser un momento incómodo para muchos padres ya que no se trata de un concepto sencillo de explicar, especialmente si hablamos de niños con 5 o 6 años, edad a la que empiezan a tener esa curiosidad.
Lo más importante cuando se realiza la pregunta es que los padres muestren una actitud natural, si se sienten violentos, avergonzados o intentan cambiar de tema el niño se va a dar cuenta y empezará a ver un proceso de lo más normal como algo extraño e incluso prohibido.
Hay que afrontar el momento con normalidad, siempre habrá que tener en cuenta la capacidad de comprensión de nuestro hijo a la hora de darle una respuesta, pero no hay que olvidar que los niños son mucho más capaces de lo que a veces creemos.