El diagnóstico de que un niño sufre autismo es un duro golpe para la familia, que a partir de ese momento deberá asumir que su hijo necesita unos cuidados especiales muy importantes
El autismo es una enfermedad del cerebro, que afecta al niño a nivel de conducta, de lenguaje y de comportamiento social.
Incide más en niños que en niñas, y no tiene ninguna relación con el coeficiente intelectual del pequeño.
Una de las primeras cosas que hace pensar que un niño pueda ser autista es sus problemas de interacción con la gente que le rodea, incluida su madre. De hecho, prácticamente no habla, y le cuesta establecer cualquier tipo de contacto.
Otra de las cosas que llama la atención de un niño autista es que lleva a cabo actividades y movimientos de forma repetitiva durante horas. Además, adoran la rutina hasta el punto de que se pueden enfadar y/o entristecer si se les rompe los esquemas habituales en los que se mueven.
El manejo de los sentimientos es otro de los factores que distingue a un niño autista. Le cuesta reconocer tanto los suyos como los de los demás, y ni siquiera buscan consuelo si tienen algún problema.